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by permission. Escritura
citas de "LBLA"
es la
Biblia de las Américas (c) 1973, y la
actualización de 1995 por la Fundación
Lockman. Usado con permiso.
Conservación de Nuevos Creyentes
Los nuevos
creyentes necesitan ayuda en los primeros posos de
su nueva vida.
La vida
Cristiana es poniendo en práctica la palabra de Dios
por medio del presencia y poder del Espíritu Santo.
Es un
nuevo comienzo. Esta decisión es de las más
importantes de su vida. Pero es
un niño espiritual. Es muy importante que el
crecimiento en la vida cristiana sea un proceso
continuo hacia la madurez durante toda su vida
terrenal. Ese crecimiento cuesta tiempo y continúa a
través de toda la vida.
El nuevo
creyente es en Cristo. Ya ha nacido de nuevo. El
Espíritu Santo vive en él y le ha hecho parte del
cuerpo de Cristo ya.
"Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una
cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás
y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la
meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús" (Filipenses 3:13-14). Ahora le toca
crecer hasta que llegue a la presencia de Cristo.
El
Propósito De Dios Para Crecimiento Del Creyente
El Apóstol
Pablo escribió el gran propósito de Dios para cada
creyente. "Sabemos, además, que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a
los que conforme a su propósito son llamados. A los
que antes conoció, también los predestinó para que
fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para
que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a
los que predestinó, a estos también llamó; y a los
que llamó, a estos también justificó; y a los que
justificó, a estos también glorificó" (Romanos
8:28-30).
Llegar a la madurez es llegar a ser semejantes a
Cristo.
Dios no
quiere que seamos inmaduros durante toda la vida
cristiana.
Apóstol
Pablo presenta una descripción de la madurez en
Efesios 4:13 cuando él dice, "hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de
la estatura de la plenitud de Cristo."
"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir
dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros" (Gálatas 4:19).
Una
persona inmadura espiritualmente es como un niño en
v. 14. "Así ya no seremos niños fluctuantes,
llevados por doquiera de todo viento de doctrina,
por estratagema de hombres que para engañar emplean
con astucia las artimañas del error."
Nuestra
"esperanza de gloria" es "Cristo en vosotros"
(Colosenses 1:27). Tenemos esa nueva relación con
Dios por medio de Cristo. Los próximos versos
enseñan el propósito de Dios. "Nosotros anunciamos a
Cristo, amonestando a todo hombre y enseñando a todo
hombre en toda sabiduría, a fin de presentar
perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. Para esto
también trabajo, luchando según la fuerza de él, la
cual actúa poderosamente en mí" (vv. 28-29).
Dios
nos ha dado los medios para poder crecer
constantemente.
Este
crecimiento no es sólo para nuestro propio
beneficio, pero es para toda la iglesia (v. 12).
Apóstol Pablo dice, "a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo."
Cada
nuevo creyente necesita la comunión y apoyo mutuo
que podemos recibir en la iglesia local.
Cada
creyente debe unirse a una iglesia local lo más
pronto posible después de haber
confiado en Cristo. El bautismo en agua es un
requisito para ser miembro.
La iglesia
local es indispensable para el crecimiento del
creyente. Cada creyente debe ser parte de una
iglesia local donde puede adorar a Dios, ser
edificado en su vida espiritual, gozar la comunión
con otros hermanos en Cristo, y servir a Dios
(Hebreos 10:24-25; Hechos 2:42-47; Efesios 4:13).
El
bautismo en agua es un requisito para ser miembro.
Bautismo
es uno de dos ordenanzas de la iglesia local. La
otra es Santa Cena.
¿Por qué
debo ser bautizado? Jesús se acercó y les habló
diciendo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en
la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo" (Mateo 28:18-20).
Hechos
8:26-40 es un buen ejemplo de bautismo del nuevo
creyente en el Nuevo Testamento. Es un paso de
obediencia en la vida del creyente. Cada creyente
debe hacer el bautismo. El bautismo es para todo
aquel que ha confiado en Cristo como su salvador. No
es algo que se puede escoger o rechazar a su gusto.
El
bautismo no salva ni es un paso hacia salvación. La
salvación es solo por la fe. El bautismo sigue a la
fe, no le antecede.
También,
el bautismo no es un medio de gracia para ser más
santo o más espiritual. Es un testimonio público de
que hemos confiado en Cristo.
El
bautismo significa nuestra identificación con Cristo
(Romanos 6:1-6).
La
Santa Cena también es un acto de obediencia.
Cada
creyente debe examinarse y entonces participar en
este acto importante en la vida cristiana.
La ordenanza de la Cena del Señor está
enseñada en Mateo 26.26-29; Marcos 14.22-25 y Lucas
22.14-20. "Yo recibí del Señor lo que también os he
enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue
entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo
partió, y dijo: ‘Tomad, comed; esto es mi cuerpo que
por vosotros es partido; haced esto en memoria de
mí.’ Asimismo tomó también la
copa, después de haber cenado, diciendo: ‘Esta copa
es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las
veces que la bebáis, en memoria de mí.’ Así pues,
todas las veces que comáis este pan y bebáis esta
copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él
venga" (1 Corintios 11:23-26).
La Santa
Cena es para recordarnos este sacrificio único de
Jesús para los pecadores (Romanos 5: 6, 8). El pan
representa el cuerpo de Cristo que fue quebrantado
en la cruz. El vino representa la sangre de Cristo
que fue derramada por nosotros. Son símbolos
que representan el sacrificio único de
Cristo.
No es un
medio de gracias para que seamos más santos o más
espirituales. No ayuda a nosotros a ganar vida
eterna. Nuestra salvación es solo por fe en Cristo
Jesús.
También
nuestro crecimiento ayuda
a otros creyentes hacia la
madurez espiritual.
Las
Problemas En El Crecimiento Del Creyente
Los
Pecados son unos obstáculos en el crecimiento de los
creyentes
En el
mismo capítulo el Apóstol Pablo menciona algunos
pecados que pueden servir de
obstáculo a nuestro crecimiento espiritual. "Airaos,
pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro
enojo, ni deis lugar al diablo. El que robaba, no
robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo
que es bueno, para que tenga qué compartir con el
que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida
salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los
oyentes. Y no entristezcáis al Espíritu Santo de
Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de
la redención. Quítense de vosotros toda amargura,
enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia.
Antes sed bondadosos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo"
(Efesios 4:26-32).
La
solución de Dios para nuestro crecimiento espiritual
es mencionada en 1 Juan 1:6-10. "Si decimos que
tenemos comunión con él y andamos en tinieblas,
mentimos y no practicamos la verdad. Pero si andamos
en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos
con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos
limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos
pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad
no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados,
él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y
limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos
pecado, lo hacemos a él mentiroso y su palabra no
está en nosotros."
Si
guardamos un pecado en nuestra corazón que no
queremos confesar a Dios, se afecta nuestro comunión
con Dios. "Si en mi corazón hubiera yo mirado a la
maldad, el Señor no me habría escuchado" (Salmo
66:18).
Nuestro
desarrollo espiritual demanda confesar los pecados
cuando ocurran y aprovechar así el perdón.
La
negligencia pone obstáculos al
crecimiento de los creyentes
"Así ya no
seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres
que para engañar emplean con astucia las artimañas
del error" (Efesios 4:14). "Si, pues, habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de
la tierra" (Colosenses 3:1-2).
La
nueva vida en Cristo
Cristo es
vuestra vida (Colosenses 3:4). Apóstol Pablo da una
lista de cosas que necesita cambiar en la vida el
creyente (Efesios 4:17-25; 2 Corintios 5:17).
"Renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos
del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad" (vv. 23-24; Cf. Romanos
12:1-2).
Cada
creyente necesita del control divino sobre su
vida. Es imposible vivir la vida cristiana
sin esa ayuda de Dios. Entonces ¿Cómo debo vivir
esta vida nueva en Cristo?
El
Poder Para El Crecimiento Del Creyente
El
creyente tiene dos personas divinas que le
ayudarán Tenemos
a Cristo y al
Espíritu Santo. No se pueden
separar las dos personas divinas.
El
señorío de Cristo
Es
imposible crecer en la vida espiritual sin
el señorío de Cristo en
nuestra vida.
¿Quién es
mi dueño? La Biblia dice, "sino que, siguiendo la
verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la
cabeza, esto es, Cristo" (Efesios 4:15).
Jesucristo
es el Señor de mi vida. Él es nuestro Señor; El
gobierna nuestra vida (Juan 13:13-15; Filipenses
2:10-11). Yo no tengo el derecho de controlar mi
propia vida (Colosenses 1:16; 2 Corintios 5:15).
Rindo el control de mi vida a Cristo. Solo Cristo
debe ocupar nuestras vidas. Cuando El controla todo
lo que soy y todo lo que tengo mi vida va a crecer
espiritualmente.
El Apóstol
Pablo resume lo más esencial de
la vida cristiana con las palabras "ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí." "Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe
del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí" (Gálatas 2:20).
El
poder del Espíritu Santo
Desde el
momento que creemos en Cristo como nuestro salvador
y Señor el Espíritu Santo mora en nuestra vida
(Romanos 8:9, 11; 1 Corintios 3:16; 6:19; 2
Corintios 6:16). "Guarda el buen depósito por el
Espíritu Santo que mora en nosotros" (2 Timoteo
1:14).
Es nuestro
responsabilidad que "no contristéis al Espíritu
Santo de Dios" (Efesios 4:30).
"No apaguéis al Espíritu" (1 Tesalónicas 5:19).
"Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos
de la carne" (Gálatas 5:16; Cf. Romanos 8:4). "Si
vivimos por el Espíritu, andemos también por el
Espíritu" (Gálatas 5:25).
El
creyente no va a practicar el pecado. Él es quien
nos da la capacidad de evitar el pecado y revelar su
propia santidad a otros.
El
verdadero creyente en Cristo es seguramente:
·
Siempre un hijo de Dios
·
La salvación que tiene en Cristo es eterna
·
El Espíritu Santo lo bautizó, lo selló y
vive en él
·
Cuando recibimos a Cristo recibimos una nueva
naturaleza divina.
Lo
que el Espíritu Santo de Dios ha hecho
El
cristiano puede vencer las tentaciones de sus
enemigos espirituales por la presencia del Espíritu
Santo que mora en el creyente.
El
bautismo del Espíritu
Todos los
creyentes hemos confiado en Cristo hemos sido hechos
miembros del cuerpo de Cristo, que es su iglesia.
Este hecho se llama el bautismo
del Espíritu. "Así como el cuerpo es uno, y tiene
muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo,
siendo muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo, porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, tanto judíos como griegos,
tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a
beber de un mismo Espíritu" (1 Corintios 12:13).
Este hecho se llama el bautismo del Espíritu.
El
sello del Espíritu
"En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de
verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el
Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria" (Efesios
1:13-14).
Quien haya
recibido el sello del Espíritu Santo puede estar
seguro de que Dios terminará la obra empezada en él
y que lo van a tener para sí.
La
morada del Espíritu
El
Espíritu Santo vive en cada creyente desde el
momento de confiar en Cristo.
"Pero
vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él" (Romanos 8:9).
La
seguridad del perdón de todo pecado
Dios no
quiere que ninguno de sus hijos peque, pero somos
tentados y tenemos enemigos espirituales. El desea
que vivamos una vida sin pecado.
Sin
embargo, siempre tenemos nuestra naturaleza
pecaminosa (Gálatas 5:17).
La Biblia
es clara al
señalar que los creyentes son
pecadores. "Si decimos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en
nosotros" (1 Juan 1:8).
Salvo,
gracias a Dios. Estamos en un mundo pecaminoso y
tenemos un fuerte enemigo que invita a pecar.
El hecho
de ser tentados no es un pecado en sí. El pecado es
ceder a la tentación.
¿Qué
debemos hacer para ser perdonados? Dios ha hecho una
provisión para nosotros cuando hemos pecado. "Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda
maldad" (1 Juan 1:9).
"Pero si
andamos en luz, como él está en luz, tenemos
comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo,
su Hijo, nos limpia de todo pecado" (v. 7). La
sangre de Cristo es suficiente para limpiarnos de
todo pecado en el pasado, presente y en el futuro.
La promesa
de Dios es que El nos perdona
y nos limpia de inmediato
de todos nuestros pecados cuando se los confesamos a
Él.
Esta
confesión se hace por medio de la oración directa a
Dios mismo en el momento de darnos cuenta de haber
pecado.
·
Cuando confesamos nuestros pecados Dios nos
limpia de la maldad y restaura la comunión con El.
·
Cuando no confesamos nuestro pecado, no
podemos gozar de la comunión con
Dios.
·
El pecado no puede hacernos perder la
salvación.
·
Cuando persistimos en nuestro pecado Dos nos
disciplina.
Cuando un
cristiano ha pecado, siempre puede estar seguro de
ser salvo. Dios ha provisto perdón por los pecados
del pasado, presente y futuro a través de la sangre
de Cristo. "Pero si andamos en luz, como él es
luz, tenemos comunión unos con otros y la
sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo
pecado" (1 Juan 1:7).
¿Cómo podemos vencer en los conflictos de la vida
cristiana?
"No os ha
sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero
fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de
lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la prueba la salida, para que podáis
soportarla" (1 Corintios 10:13).
Tenemos
recursos para tener victoria en los conflictos
espirituales.
La clave
para no caer en pecado es la palabra de Dios. "En mi
corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra
ti" (Salmo 119:11).
Regocijaos
en el Señor siempre y orad. "Estad siempre gozosos.
Orad sin cesar" (1 Tesalónicas 5:16-17).
El
Espíritu Santo quien mora en nosotros, nos ayuda a
vencer. "Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis
vencido, porque mayor es el que está en vosotros que
el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).
El
Proceso Del Crecimiento Del Creyente
Hay
algunos hábitos que el creyente debe aprovechar en
su vida espiritual.
Entrega diaria a Cristo
Por muchos
años yo he entregado mi vida
diaria a Cristo. Yo empiezo mi día con una oración
que guía mi día. "Señor hoy entrego a ti mi vida
Toma mi corazón, lo que siento y mis actitudes.
Lléname con tu Espíritu Santo. Quiero hacer tu
voluntad hoy. Toma mi cuerpo, que
es tu templo. Quiero obedecerte. Toma mi mente y lo
que pienso sus pensamientos. Aquí están
mis ojos y lo que veo hoy. Toma mis oídos y
lo que oigo. Quiero escuchar tu voz. Toma mis labios
y lo que hablo. Ayúdame al hablar
todo el día. Aquí están
mis manos y lo que tocan. Toma mis pies, que adonde
vaya tu vayas
conmigo. Este día es tuyo; vive tu vida en mí."
Lea
la Biblia
Es
imposible el crecimiento del cristiano sin la
lectura diaria de
la Biblia. Todos los días es importante leer
una porción de la Biblia y orar a Dios.
"Desead,
como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada, para que por ella crezcáis para
salvación" (1 Pedro 2:2; cf. 2 Timoteo 3:15-16; 2
Pedro 1:20-21). "La leche espiritual" es la palabra
de Dios, la Biblia.
Ore a Dios
antes de leer, preparando su corazón para recibir lo
que él le va a decir por medio de su Palabra.
Hablar con Dios
"Orad sin
cesar" (1 Tesalonicenses 5:17). "Orad en todo tiempo
con toda oración y súplica en el Espíritu, y velad
en ello con toda perseverancia y súplica por todos
los santos y por mí, a fin de que al abrir mi boca
me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo
el misterio del evangelio, por el cual soy embajador
en cadenas, y con denuedo hable de él como debo
hablar" (Efesios 6:18-20).
No solo
hablar con Dios, pero escuchar su voz. Jesús dice,
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen" (Juan 10:27).
Comunión con Dios
Jesucristo
dice, "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí y yo en él, este lleva mucho fruto,
porque separados de mí nada podéis hacer" (Juan
15:5). El Apóstol Juan escribió, "lo que hemos visto
y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión
verdaderamente es con el Padre y con su Hijo
Jesucristo. Estas cosas os escribimos para que
vuestro gozo sea completo" (1 Juan 1:3-4; cf. Juan
17:3, 21).
Comunión con otros creyentes
La Biblia
dice, "Y considerémonos unos a otros para
estimularnos al amor y a las buenas obras, no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto
veis que aquel día se acerca" (Hebreos 10:24-25; cf.
Hechos 2:42).
La
iglesia me necesita y yo la necesito.
Evangelismo personal
Este es el
mandamiento de nuestro Señor. "Recibiréis poder
cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8;
cf. Mateo 28:18-20). Es la responsabilidad de todos
los creyentes.
La
vida Cristiana
La vida
Cristiana es poniendo en práctica la palabra de Dios
por medio del presencia y poder del Espíritu Santo.
SELAH 365 Devocionales Diario
Índice de 365 devociones y arrancadores de sermones.
Christo en Antiguo Testamento
Estudiar el tema principal de la Biblia con estas profecías y tipos en el Antiguo Testamento de la venida del Mesías, Jesucristo.
Sermones Expositivos
Sermones gratis y estudios bíblicos indexados por referencia bíblica y estudios doctrinales.