¡Es el evangelio de Dios! Es Su buena noticia a los pecadores que tenemos el privilegio de proclamar. Es una buena noticia de Dios porque es algo que sólo Él tenía previsto, anunciado de antemano y realizado en Su propio momento perfecto. Es su bendición a los hombres pecadores. 

Esos quienes fueron salvos antes de que Cristo viniera en la carne fueron salvos por la fe  mirando hacia Su venida; al igual que hoy nosotros somos salvos por la fe cuando miramos hacia atrás a Su muerte sustituta por nuestros pecados. 

Todas las revelaciones previas de Dios durante los tiempos del Antiguo Testamento  nos guían y enfocan  hacia la venida de Su Hijo para redimir al hombre pecador.

Es el evangelio de Dios, no es el nuestro. Él es el autor. La buena noticia de Dios ha sido anunciada al hombre pecador desde el principio en que la raza humana encuentra el cumplimiento en la persona y la obra de Jesucristo. Es nuestra responsabilidad "creer todo lo que los profetas han hablado" de Él. "Y comenzando por Moisés y todos los profetas, Él [Jesús] les explicó lo que se dijo en todas las Escrituras en relación a Sí Mismo" (Lucas 24:25-27). Esta es la clave para comprender la buena noticia de la gracia de salvación de Dios. Es la única manera que usted puede comprender el Antiguo Testamento. También es la clave para nuestra comprensión del Nuevo Testamento.

Dios salva  a los pecadores creyentes a través de la obra expiatoria de su Hijo, el Señor Jesucristo, que ha anunciado "de antemano a través de Sus profetas en las Sagradas Escrituras" (Romanos 1:2). Nuestra salvación no es un accidente. Nuestra inmoralidad no tomo a  Dios por sorpresa.

Cuando  nosotros nos aferramos al Señor Jesucristo por la fe de salvación, Dios declara que Cristo ha sido castigado por nuestros pecados y atribuye Su perfecta justicia a nuestro favor. Es por la fe en la completa obra de Cristo y el regalo perfecto  de Dios; la justicia de Cristo al pecador creyente nos da seguridad de que será aceptada ante Dios en el día del juicio. No es en nuestra propia justicia, porque es pecaminosa, como trapo sucio. Lo que nos salva es la justicia de Dios que es la justicia pura de nuestro Señor Jesucristo. La justicia de salvación sólo llega a través de la fe en Jesús. Es la propia justicia de Cristo que Dios nos da a nosotros como un regalo gratis (2 Cor. 5:21).

Dios puede hacerlo porque Jesús tomó todo nuestro castigo por nuestros pecados sobre Sí Mismo y pago por ellos en su totalidad a fin de que nuestros pecados nunca se levanten de nuevo para condenarnos. Podemos descansar en Su justicia  atribuida a nuestro favor. Es la buena noticia de Dios para nosotros los pecadores inmorales. La cosa absolutamente sorprendente es que Dios lo planeó y lo ejecutó, incluso antes de que el hombre pecara.

Dios nos hizo para la comunión con Él mismo. La barrera del pecado ha sido completamente eliminada. Dios nos ama y ha llegado hasta nosotros a través de la divina obra de salvación en la cruz. Nosotros nunca podríamos llegar hasta un Dios santo y justo, pero en su gracia Él llegó hasta nosotros. Él nos ama y nos salva  por la muerte de Su Hijo en la cruz. Nuestros pecados nos separan de Él, pero Dios elimino las barreras a través de Su Hijo. La cruz llena el vacío que el pecado y la depravación crean entre el pecador y Dios. Dios ahora extiende sus brazos y nos ofrece venir a Él y ser salvos. Todo se ha preparado y provisto en Su gracia.

Es el evangelio salvador de Dios, y Él siempre cumple lo que ha "prometido de antemano a través de Sus profetas en las Sagradas Escrituras."

¿Se ha cumplido en su vida? ¿Ha venido a Él y confesó su pecado y se volvió a Dios por la fe en la salvación sustituta de la muerte y la resurrección de Jesucristo? En el momento en que se arrepiente y confía en Cristo como su Salvador,  usted demuestra que la Palabra de Dios y  que Su Evangelio salvador es verdad. "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Hechos 16:31).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin