La Trinidad es el término teológico designado a un solo Dios en tres personas.

Incluso aunque el término no es usado en la Biblia, esto es una designación correcta para un Dios auto revelado en la Escritura como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El término simplemente significa que dentro de una esencia de la Deidad, tenemos que distinguir a tres personas que no son ni tres dioses, ni tres partes o modos de Dios. Las tres personas de la Deidad son iguales y eternamente Dios.

 La enseñanza bíblica de la Trinidad es desarrollada a través de la auto-revelación progresiva de Dios en las Escrituras. La Biblia declara: "El Señor es nuestro Dios, el SEÑOR uno es" (Deuteronomio 6:4). La unidad de Dios es enfatizada. La palabra Hebrea echad siempre denota "unidad compuesta." Es uno en el sentido de la unidad. Transmite la idea de una Unidad Divina de la Trinidad. Él es el único Señor. No hay otro. Solamente a Él le pertenece correctamente ese nombre. Dios no es una pluralidad. Él no es uno entre muchos otros. No hay otros dioses (5:7-11). Hay sólo una esencia o sustancia de Dios. Sin embargo, la individualidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es conservada. Dios es uno, aún la auto-revelación de Dios claramente enseña de sí mismo y desde toda la eternidad, Él es Padre, el Hijo y Espíritu Santo. Él es el Dios trino- tres en uno.

Hay indicios claros de la Trinidad en el Antiguo Testamento. El Espíritu Santo es mencionado con frecuencia desde los primeros versículos (Génesis 1:2), y en los versículos 26 y 27 es usado en la forma plural. Cada miembro de la Trinidad fue un participante explícito en la creación. El "Espíritu de Dios" en el Antiguo Testamento es sinónimo con el Espíritu Santo. En Génesis 18, la aparición del Señor a Abraham indica la segunda persona de la Deidad, así como otros sucesos en el Antiguo Testamento.

Isaías 48:16 es también una declaración trinitaria fuerte. "Acercaos a mí, oíd esto: Desde el principio no he hablado en secreto, desde la primera vez que se llevó a cabo, yo estaba allí. Y ahora el Señor Dios me ha enviado, y Su Espíritu." El orador en este versículo probablemente es, el Mesías, el Siervo del SEÑOR.

El Nuevo Testamento nunca viola el concepto del Antiguo Testamento de la unidad de Dios. Los escritores totalmente y por unanimidad afirman la gran fe hebrea monoteísta en el Señor. Ellos extienden esta gran doctrina de incluir a la deidad de ambos, tanto Jesús y el Espíritu Santo.

En el Nuevo Testamento, El SEÑOR Dios sigue siendo predicado como el único Dios (Gálatas 3:20). En Juan 8:58 Jesús proclamó su propia divinidad. "De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham fuese, yo soy." El otro enfático "YO SOY" las declaraciones de Jesús refuerzan la misma verdad (6:35, 8:12, 10:7, 9, 11; 11:25; 14:6; 15:1) El discípulo Tomás declaró en Juan 20:28, "¡Señor mío y Dios mío!" El propósito de la declaración de Juan al escribir su evangelio es iniciado en el versículo treinta y uno. "Pero éstas se han escritos para que creáis que Jesús es el Cristo [Mesías], el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." Comenzó su evangelio diciendo: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios "(Juan 1:1). ¿Quién es la Palabra? Es Jesucristo, el Hijo de Dios, el Mesías, nuestro Señor y Salvador. Él es identificado con Dios. El apóstol Pablo escribió, "Gracia y paz a  vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo"  (1 Corintios 1:3).

Jesús estaba con Dios, Jesús es totalmente Dios. Él dijo: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). Jesús es plenamente divino. El Señor Dios Todopoderoso vino en la historia humana en la persona de Jesucristo. La encarnación de Cristo Jesús es el Dios-hombre. Él es totalmente Dios, y Él es plenamente hombre.

Por otra parte, el Espíritu Santo tiene la misma relación con el Padre y el Hijo tal como se enseña en Juan 14-16. El Espíritu Santo es el Consolador o Alentador divino, de la misma naturaleza como Jesús en el carácter y obra.

El Espíritu Santo es un miembro de la Trinidad, igual en todos los aspectos tanto con el Padre y el Hijo. Su distinción del Padre y del Hijo y Su misión demuestra Su personalidad. Él es una persona y no una mera fuerza o poder. Él es omnisciente (1 Cor. 2:10-11; Juan. 16:12-13), omnipotente (Lucas 1:35) y omnipresente (Salmo 139:7-10). El nombre de Dios es dado indirectamente a Él (Hechos 5:3-4). Pecar contra el Espíritu Santo no es pecar contra una fuerza espiritual, sino contra Dios.

La Trinidad entera es mencionada en Juan 14:25-26. "Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará". De hecho, como B. B. Warfield observó que las tres personas salen a la luz como Personas Divinas en numerosos pasajes (Lucas 1:35 f; Mat. 1:18ff; 3:16-17; Marc. 1:10-11; Lucas. 3:21-22; Juan. 1:32-34).

"Israel adoro al único Dios verdadero, bajo el nombre de Jehová, los cristianos deben adorar al mismo único y verdadero Dios, bajo el nombre del " Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Lo que siempre es necesario en la teología es el equilibrio, y esto es cierto cuando pensamos en el SEÑOR Dios. Muy a menudo la herejía es el resultado de hacer hincapié en una parte de la verdad bíblica a expensas de otras partes. Si hacemos hincapié en la unidad de Dios, a expensas de la diversidad de las personas o de la diversidad a expensas de la unidad, caemos en el error. La gran verdad de la teología bíblica es, "el Señor nuestro Dios es uno." Es una Trinidad-Él se ha revelado desde toda la eternidad como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Una correcta comprensión de la enseñanza Bíblica de la Trinidad equilibra los conceptos de la unidad de Dios, así como el carácter distintivo de Sus personas. Dos extremos son triteísmo y  unitarismo. El error del triteísmo es en enfatizar el distintivo de la divinidad hasta el punto de la Trinidad es vista como tres dioses separados. No adoramos a un politeísmo cristiano. El otro error en la comprensión de la Trinidad excluye el concepto de diferencia, mientras se centra sólo en Dios el Padre, a expensas de las demás personas. Estos profesores niegan la divinidad de Jesucristo y el Espíritu Santo. Ellos son colocados en una categoría inferior al Padre. La plena deidad de cada persona en la Trinidad y el hecho de que cada persona participó plenamente en nuestra salvación.

Hemos llegado a conocer la Trinidad a través de experimentar el acto de la gracia mediante la fe personal en Dios. La iglesia primitiva adoró en una conciencia de la Trinidad. La plenitud del ser de Dios se pone a disposición del individuo creyente a través de Jesucristo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Cor. 13:14; 1 Pedro 1:2; Apocalipsis 1:4).

El Nuevo Testamento no nos da una doctrina sistemática de la Trinidad. No obstante, enseña la Trinidad, sin una discusión de larga duración, porque no había necesidad urgente de una enseñanza completa sobre el tema. Los primeros cristianos fueron fieles adoradores del Dios revelado en la fe monoteísta de Israel. Ellos se dan cuenta plenamente que el Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento. Él recibe una revelación más completa en el Nuevo Testamento y más completa en la persona de Su Hijo.

En la historia de la salvación, Dios se revela a la humanidad a través de Dios el Hijo y Dios el Espíritu, sin dejar de ser Él Mismo. Él permanece tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento, una unidad no dividida.

Aquellos que se niegan a creer en la Trinidad, lo hacen porque no quieren aceptar los hechos en relación a la deidad de Jesucristo y el Espíritu Santo.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin