Acaz fue infiel.

Los países vecinos de Siria y de Israel prohibieron juntos luchar contra el Reino del Sur de Judá. Acaz, rey de Judá, envió por el rey de Asiria para venir a su rescate.

El Señor Dios es soberano en los asuntos de las naciones y envió el profeta hebreo Isaías para aconsejar a Acaz. Isaías dijo: "Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean" (Isaías 7:4). Los dos países amenazantes se están quemando en trozos de leña. Dios dijo, "no subsistirá, ni será" (v. 7).

¿Qué habría hecho usted si fuera Acaz? La presión sobre Acaz fue intensa, no sólo la amenaza de la guerra, sino que el Señor estaba encima de él también. "Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis" (v. 9). Acaz, tus eres tan bueno como has sido tú mismo si tu no confías en mí. Si confías en mí yo te libraré de este humo, pero si no, lo haces a través de un rey. Por otra parte, confiando en el ejército Asirio no estás confiando en el Señor.

Acaz se negó a confiar en el Señor. Así que Él habló con el rey de nuevo, "Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto" (v. 11). Adelante, pregunta Acaz! ¡Qué oportunidad de ver a Dios hacer lo imposible!

El rey Acaz se hizo un poco religioso. "No pediré, y no tentaré a Jehová" (v. 12). Eso era exactamente lo que estaba haciendo por no confiar en el Señor. Dios invitó a Acaz pedirle una “señal”.  Él no estaba poniendo a prueba a Dios, Dios lo estaba poniendo a prueba. La "señal" fue una promesa de seguridad divina, un milagro hecho con fines de testimonio.

¿Qué habrías pedido tú? ¿Cómo hubieras respondido?

Ahora bien, si Acaz hubiera sido un hombre sabio, hubiera seguido adelante y pedido. Cuando Dios propone una señal, de que no es una prueba, era una invitación a venir y ver lo que Dios puede hacer en un momento de crisis. "¡Oíd ahora, casa de David!" Isaías estaba un poco irritable. "¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?" (v. 13). Isaías no dijo "su" Dios, sino "mi Dios".

"Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí, que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" (v. 14).

No tengo ningún problema con la "virgen" porque yo no tengo ningún problema con "Emanuel." El mayor acontecimiento no es la "virgen", sino "Dios con nosotros". La Encarnación, Dios se hizo carne, es el gran misterio. Isaías se refería a algo muy inusual. No sería raro que una joven concibiera, eso sucede todos los días. Sin embargo, una "virgen", una joven por contraer matrimonio de reputación intachable sería una muy inusual "señal". Esto indicó al mayor evento.

J. W. Watts dijo que la señal de la virgen sería "un estímulo para un remanente fiel de Israel. Como una maravilla de maravillas, como acababa de ser ofrecido, y como una condena de los elementos desleales en la línea de David. "

El profeta Isaías desarrolló la idea del niño por nacer (7:14), su nacimiento (9:6 f) Su reinado (11:1 f), y su muerte como el siervo sufriente de Jehová (Isa. 52:13 - 53:12).

"Dios con nosotros." Esa es la maravilla de las maravillas. Dios en  la auto-manifestación corporal de sí mismo sería una persona sobrehumana. El Dios con nosotros es el Dios-hombre. Él es la encarnación de la Deidad. Emanuel el  mismo sería El (Dios). Este niño por nacer sería Dios entre su pueblo, y característico de él.

"Dios con nosotros" es "Cristo en vosotros la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27). "Porque en él [Cristo] toda la plenitud de la Deidad habita en forma corporal, y en él se han hecho completa, y Él es la cabeza de todo principado y autoridad" (Colosenses 2:9-10).

¿Cómo el Señor Dios cumplió su "señal" dada a Acaz? El ángel Gabriel le dijo a la virgen, "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35). "Dios con nosotros" es "Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21).

"Dios con nosotros". "Cristo en vosotros." No sólo es toda la plenitud de la morada de  la Deidad "en forma corporal" en Cristo Jesús, sino "en El hemos sido completos. . . " (Colosenses 2:10).

El apóstol Pablo, en los versículos que siguen, hace hincapié en la unión vital del cristiano con Jesucristo. "Y en él se han hecho completos. . . y en él también fuisteis circuncidados. . . de haber sido sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios, que le levantó de los muertos. Y a vosotros estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados. . . " (Colosenses 2:11-13).

No se pierda el misterio más grande en la Biblia. "Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Col. 1:27).

El gran objetivo de Dios en el ministerio del evangelio es "a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre" (v. 28).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin