Justificados Gratuitamente por la Gracia de Dios.

¡Gracia, cuan dulce el sonido a nuestros corazones pecaminosos!

La Biblia enseña que somos salvos por la gracia libre y soberana de Dios en Jesucristo. Tampoco la gracia de Dios nunca se niega, ni se disminuye a causa de todo lo que hemos hecho, o haremos. 

No hay palabra más majestuosa que la "gracia". Esto significa favor inmerecido o bondad que se muestra a una persona que es totalmente indigna. De hecho, es un regalo dado a nosotros, quienes merecemos todo lo contrario. Es dada a nosotros, pecadores quienes estamos sin esperanza y sin Dios en el mundo.

La gracia nunca se fija en el contexto de cualquier supuesto mérito propio nuestro, pero siempre sobre la base de Romanos 1:18-3:20 que describe nuestra ruina en el pecado. Mediante la observación de los términos prescritos por la ley. Para [la verdadera función de] la ley es hacer que los hombres reconozcan y sean conscientes del pecado [no la mera percepción, sino de una conocida Gracia que siempre debe ser abordada con la realidad del pecado personal en mente]. Sin la profunda convicción del Espíritu Santo, Nosotros no entendemos nuestra necesidad de la gracia salvadora de Dios.

La Biblia Amplificada en Romanos 3:20 dice, "Para nadie será justificado, hecho justo, absuelto y juzgado aceptable, en Su vista con el pecado, el cual trabaja para el arrepentimiento, la fe y el carácter sagrado".

Somos salvos por la gracia inmerecida (Efesios 2:8-9). La Gracia salvadora de Dios es un don que se recibe sólo a través de la fe en Jesús, aparte de cualquier mérito humano. No nos merecemos la gracia, porque si la merecemos, no sería gracia. Lo único que merecemos es el derrame de la justa ira de Dios sobre nosotros por la eternidad. Sino es aparte de las buenas obras y méritos humanos, no es gracia salvadora, porque Dios no nos debe nada.

La gracia tiene una maravillosa manera de humillarnos, y como pecadores odiamos ser humillados.

Dios no puede ofrecer a hacer menos en gracia a uno que es pecador, de lo que El habría hecho a uno que ha sido menos pecador. Porque todos somos pecadores, nos pone a todos en el mismo nivel moral. La gracia nunca es un ejercicio que Dios utiliza para compensar lo que puede hacer falta en la vida y el carácter de un pecador. No hay nada que pueda ser arreglado. Si la salvación se basa en el legalismo, el mucho pecado exigiría mucha gracia, y el poco pecado exigiría poca gracia. Sin embargo, a causa de la muerte expiatoria de Cristo, la pregunta de pecado ha sido dejada de lado para siempre, y un ejercicio igual  de gracia se extiende a todos los pecadores que creen. Nunca se queda corto de ser la incomparable e inconmensurable gracia salvadora de Dios. La gracia de Dios nunca puede ser aumentada porque es la expresión de su amor infinito. Él es infinitamente santo en el carácter. Todos sus atributos son perfectos. Por lo tanto, no puede ser disminuida, debido a todas las limitaciones que el pecado humano podría imponer a la acción de un Dios justo, a través de la propiciación de la cruz, que ha sido rechazada siempre.

La gracia se encuentra en Dios a través de la obra salvífica de Cristo en la cruz. Esa es la razón por la que John Newton podía expresar de manera tan hermosa, "Gracia Asombrosa-cuan dulce el sonido-¡que salvó a un miserable como yo!" Cualquier otra cosa no es gracia.

La gracia salvadora nos enseña que la salvación está aparte de cualquier mérito humano de cualquier tipo.

¿Has abierto tu corazón y respondido a la gratuita gracia de Dios? No hay pecado demasiado grande que hayas cometido alguna vez, por el que Dios se aleje de ti, o también reducir la abundancia de la gracia que Él da libremente a los pecadores que confían en Jesucristo como su Salvador.

El apóstol Pablo fue un gran pecador que experimentó la gracia de Dios y declaró, "Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia" (Romanos 5:20).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin