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Haga lo Imposible

 

Jesús vio a un hombre de treinta y ocho años de edad, acostado en su camilla cerca del estanque de agua en Betesda y acercándose a él, le dijo "¿Quieres ser sano?" (Juan 5:5-6).

Cristo le dijo al hombre que hiciera lo imposible. "¡Levántate! Recoge tu lecho, y anda".

El apóstol Juan nos dice: "Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho y anduvo" (v. 9).

Este hombre no podía ayudarse así mismo. Sólo el poder divino de Jesucristo, capacito al hombre para levantarse y caminar. Fue un milagro que Jesús realizó en el estanque de Betesda.

Este milagro es un ejemplo notable de la condición espiritual de cada individuo. Usted y yo no podemos ayudarnos espiritualmente; nuestra salvación depende solamente de la gracia de Dios. Así como este hombre físicamente paralítico no podía ayudarse a sí mismo, nosotros estamos totalmente incapacitados en nuestra condición de pecadores para influir de alguna manera en nuestra salvación.

Aquellos individuos con discapacidad tendidos en el estanque estaban sin fuerzas para ayudarse a sí mismos. Juan los describe como ciegos, cojos y paralíticos. El pobre hombre le dijo a Jesús: "Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo" (v. 7). Qué triste es el hombre que sólo conoce el hombre.

 Esta es una descripción gráfica y válida de nuestra depravación humana sin Jesucristo. Nosotros espiritualmente estamos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos.

Al igual que el hombre paralítico nosotros somos débiles, incapaces, impotentes como se describe en Romanos 5:6. "Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos", "impotente". El léxico Griego dice: "enfermos, débiles, incapaces de lograr algo grande, desprovistos de poder entre los hombres, lentos para hacer el bien".

Cuando Jesús llegó al estanque,  nadie se levantó a saludarlo porque ellos eran impotentes. Nadie tendió la mano para saludar a Jesús, porque eran paralíticos. Sin embargo, nosotros vemos que Jesús se mueve entre ellos y sana al más impotente y desvalido pecador.

La Biblia hace un énfasis claro que Dios no ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos. Él ayuda a los desvalidos. Él provee para los impotentes.

Nosotros somos impotentes de dejar de pecar, sin el trabajo del Espíritu Santo morando en nosotros (2 Ped. 12-16). Nosotros somos cojos espiritualmente sin la gracia salvadora de Dios.

Dios muestra su amor para con nosotros en el Calvario, cuando éramos totalmente desvalidos. Cristo murió por nosotros cuando nosotros éramos impotentes. Cuando fue imposible para nosotros hacer algo por nosotros mismos, Cristo vino y murió por nosotros en la cruz. No hay nada que podamos hacer por nosotros mismos para satisfacer a un Dios justo.

En Marcos 2:1-5 tenemos a un hombre impotente que no podía venir por su propia cuenta. Sus amigos abrieron el techo y lo bajaron a los pies de Jesús. Él Necesitaba a alguien para llevarlo a Jesús.

Que comentario tan poderoso contra nuestra depravación humana, cuando Jesús explicó, "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere" (Juan 6:44).

Los hombres y las mujeres sin la iluminación del Espíritu Santo no pueden entender la verdad de Dios (1 Cor. 2:14). La palabra de Dios y la salvación por la gracia solamente, por la fe solamente en la muerte de Cristo, son tonterías para los ciegos espiritualmente. Ellos son ciegos espirituales a la verdad de Dios en Cristo.

Además, nosotros somos espiritualmente sordos hasta que el Espíritu de Dios nos permite escuchar la verdad de Dios. Esa es la obra del Espíritu Santo en nuestros corazones (Juan 8:43).

Jesús le dijo a un gran líder religioso judío, "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). El reino de Dios es un reino espiritual. No puede ser visto con los ojos físicos. Pero para los espiritualmente regenerados, Él da la vista.

En otra ocasión, Jesús sanó a un hombre que había nacido ciego y luego explicó a los dirigentes religiosos hostiles, que eran ciegos espiritualmente a las cosas, como lo demuestra su negativa de creer que Jesús era el Hijo de Dios (Juan 9:39-41 ). El ciego sanado vio a Jesús, creyó y lo adoro (vv. 37-38).

¿Cómo podemos caminar en el camino estrecho espiritual de justicia si nosotros somos ciegos? Y si nuestro amigo está espiritualmente ciego, ambos caemos en la zanja. Las personas espiritualmente ciegos están siguiendo cada forma de guías espirituales ciegos que se disfrazan de ángeles de luz.

Los hombres son espiritualmente ciegos, hasta que el Espíritu Santo abre sus ojos. El ciego no podía verlo moverse entre ellos, hasta que Él los toco.

Nosotros somos cojos espiritualmente, porque nosotros estamos ciegos espiritualmente.

Además, hay una parálisis espiritual que se apodera de una persona que nunca ha venido a Cristo. Nosotros sabemos hacer el bien, pero nos encontramos con una sensación de parálisis, y es imposible hacer lo que sabemos que es lo correcto (Romanos 7:18). Nosotros sabemos ser como Cristo en nuestro comportamiento, emociones y acciones, pero somos impotentes, hasta que Cristo nos libera de la esclavitud. Es como que algo o alguien tienen un dominio extraño sobre nosotros.

¿Cuál es la solución a una enfermedad tan terrible? Cristo vino a traer sanidad a los ciegos, cojos y paralíticos espiritualmente.

La gracia soberana salvadora de Dios, salva a los pecadores que son ciegos, impotentes y paralíticos. ¿Si nuestra salvación eterna dependiera de nosotros, quién podría alguna vez ser salvo? No yo, sin duda. Lo que necesito es Su gracia salvadora. Nosotros no tenemos la fuerza para levantarnos nosotros mismos. No podemos salvarnos a nosotros mismos. En lugar de esperar a que nos levantemos y vengamos a Él para la salvación, Él  viene a nosotros, abre nuestros ojos, nos libera del dominio que Satanás tiene sobre nosotros, y nos levanta para estar con Él (Efesios 2:5-7) . El "Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10).

Agradezco a Dios todos los días que Jesús vino a buscarme, porque yo estaba ciego, cojo y paralítico. Esto sería un insulto hacia Dios de mi parte ahora que Su gracia ha intervenido en mi vida, ponerme de pie y jactarme de lo que yo he hecho. El espiritualmente suficiente nunca será salvo. Usted y yo nunca podemos cambiar nuestra condición espiritual, pero Dios en Cristo puede.

Mis pecados han sido tratados en la sangre de Jesucristo, y Él gentilmente me ha dado una nueva vida por la fe en Él. ¿Ha hecho Jesucristo lo imposible en su vida?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin

 

 
    Mensaje por Wil Pounds y todo el contenido de esta página (c) 2017 por Abide in Christ, Inc. Cualqier persona es libre de usar y distribuir este material, pero no puede ser vendido bajo niguna circunstancia, y sin la autorizacion del autor. Cotizaciones de escritura de la Santa Biblia Reina y Valera Revision 1995. Usado con permiso.  "RVR1995" are taken from the Reina-Valera 1995 version. Copyright © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Used by permission. Escritura citas de  "LBLA" es la Biblia de las Américas (c) 1973, y la actualización de 1995 por la Fundación Lockman. Usado con permiso.

     

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