La historia se mueve hacia un objetivo estable, porque Dios está en control de la historia. Jesucristo es el Señor de todos incluyendo el tiempo, los reyes y los reinos. Él es el Señor de la historia.

El señorío de Jesucristo incluye cada área de la vida. "La esperanza bienaventurada" de la historia es el triunfo, el regreso visible de Jesucristo. Será una "manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2:13).

Jesucristo regresará triunfante para cumplir el propósito eterno de Dios con toda la creación. La Creación comienza y termina con Cristo. El Creador es el Principio y el Acabador de Su creación. Nosotros necesitamos recordarnos de esta verdad, que el hombre no es el creador, él es el creado.

Sólo el Padre celestial sabe cuándo ese día triunfal aparecerá (Mateo 24:36). Nosotros sabemos que se producirán acontecimientos catastróficos (Mt. 24, 25; Marcos 13; Lucas 21).

Nuestra ocupación hasta Su regreso es predicar el Evangelio de Jesucristo a toda tribu, pueblo y nación. Jesús dijo: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14).

Cuando llevamos el Evangelio a toda nación, nosotros estamos expectantes para ver Su regreso (Mateo 24:27-44; 25:13; Mar. 13:35-36; Luc. 12:35-40).

Al igual que los primeros seguidores de Jesucristo, yo estoy seguro de Su regreso. El Señor Jesús va a regresar con triunfo absoluto y la demostración de Su gloria eterna. Toda la historia  se mueve hacia este punto culminante glorioso.

La historia tiene una razón y esa razón es Jesucristo. Esto se mueve a un punto culminante cuando "el tiempo no será más". La hora viene, cuando "SE DOBLE TODA RODILLA de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Fil. 2:10-11).

Este será un día de victoria, juicio y gloria para Jesucristo (Apocalipsis 19).

La justicia de Dios demanda que todo el mal sea juzgado. No hay ninguna manera que el mal puede dar la gloria a Dios. En el juicio triunfante, Dios juzgará y eliminará todo el mal. Él reinará en justicia sobre toda Su creación y no habrá ningún dolor, tristezas, lágrimas y no más muerte (Apocalipsis 21-22).

Cristo será el juez (Mt. 16:27; 13:24-30; 24-25; Juan 5:28-30). Hoy en día, usted piensa, puedo juzgar a Dios, pero al final, Él será su juez. No habrá excepciones cuando Cristo regrese. Será un día en que Cristo reivindicará Su justicia (Mateo 13:41-42). Cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas a Dios (2 Cor. 5:10; Rom. 14:12; 1 Cor. 3:12-15; 1:8; 2 Cor. 1:14; Fil. 2: 16; 1 Tes. 2:19).

Los justos serán recompensados y se sentarán con Cristo para juzgar a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28; Luc. 22:30).

La Biblia enseña que al igual que el cielo es eterno, el infierno también es eterno (Marcos 9:43, 48; Mat. 5:29-30; 13:42, 50; 22:13; Lucas 16:26; Apoc. 14: 9-11; 19:20; 20:10). Usted no puede dar una explicación convincente a estas referencias para el castigo eterno, para aquellos que rechazan al Señor Jesucristo.

Es en esta vida que tomamos partido. Nosotros elegimos hacer a Jesucristo el Señor de nuestras vidas, o ceder el derecho a Satanás.

El libro del Apocalipsis revela que sólo hay una persona que puede revelar el significado y el propósito de la historia. Él es el Señor triunfante de la historia (Apocalipsis 5:9-10).

Imagínese lo que será cuando todo el cielo estalle en gloria, cuando la gente de toda tribu, lengua y nación se inclinará ante el nombre que es sobre todo nombre y confiese: "Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre."

Todos los que estarán en el cielo, estarán allí sólo porque Jesucristo los compró para Dios por Su preciosa sangre.

La única canción a cantar es: "El cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza" (Apoc. 5:12).

¿Quién es el Único a quien nosotros cantamos? "Al que está sentando en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 5:13).

La imagen del trono de Dios de gloria en el cielo es el de Cristo. Jesucristo es el Señor, porque Dios es el Señor.

La historia cierra con Jesucristo como Señor reinante (Rev. 1, 4-5; 19:1ff). Yo estoy en el bando ganador y yo oro que usted también.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin