Hemos sido redimidos por la preciosa sangre de Cristo Jesús. Él pagó un precio infinito por nuestra salvación. El precio de la redención es la muerte de Jesucristo. Ese es el hecho ineludible en el Antiguo y Nuevo Testamento.

La idea de la redención viene de la plaza del mercado del antiguo Griego. La palabra acorazó significa "comprar" o "comprar en el mercado". En el Nuevo Testamento la palabra hace hincapié en el precio que Jesús pagó para redimirnos.

En el Antiguo Testamento los Judíos utilizaron la palabra gaal, "redimir". La palabra goel era el pariente-redentor que como el más cercano de la familia tenía el poder, la capacidad, la libertad y la buena voluntad de redimir a su pariente de la dificultad.

Los Judíos también utilizaron la palabra Kofer que significa "el precio del rescate", o el precio de la redención.

Estas palabras sugieren redención mediante el pago que puede ser extraño en nuestros días, pero fueron claramente arraigados en la cultura Judía y Griega del Cristianismo del primer siglo.

Cuan grandes son las buenas nuevas de Jesucristo que no sólo nos redime por el pago de Su muerte, pero va un paso más lejos. Jesús nos compró del mercado de esclavos y permanentemente nos hizo libres para no volver nunca a la esclavitud. La persona redimida ha venido bajo un nuevo propietario y administración.

El apóstol Pablo escribió, "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros" (Efesios 1:7-8; cf. Tito 2:14; 1 Pedro 1:18-19; Mateo 20:28).

La palabra exagorazo significa "comprar en el mercado", con la idea de que la persona comprada nunca podría regresar a ese estado de esclavitud.

¿En qué medida nos ha redimido Dios? Esta es una eficaz y permanente redención. La promesa es que nunca tenemos que ser vendidos bajo el poder del pecado otra vez. Nuestra salvación es tan grande que Jesús nos compró, y la transacción es completa, de modo que Él nos ha tomado del mercado, y nunca tenemos que volver.

El precio que nuestro Redentor pagó fue tan grande que nadie puede superar el precio que pagó !No estamos a la venta! Nadie puede comprarnos del Señor Dios. Nosotros fuimos comprados a un costo infinito por la sangre del Hijo de Dios. Nada es más precioso que el valor infinito de la sangre.

Nosotros hemos sido rescatados, luo, "puestos en libertad, libres, rescatados" por el pago de un precio. Porque Jesucristo nos compró del pecado con el infinito precio de Su preciosa sangre, Él también nos ha liberado de manera que nunca volvamos a la esclavitud de nuevo. El énfasis está en la libertad. Nosotros somos libres para amar y servir a Aquel que nos redimió, y es por eso que ahora nosotros le adoramos.

¿Ha hecho una pausa y ha agradecido a Dios por su Hijo, quién realmente derramó su sangre para rescatarle?

¿Ha considerado el precio excepcionalmente grande que fue pagado por su salvación? Es el regalo más caro que alguna vez recibirá. No es barato sólo porque es gratis.

Además, su regalo de la redención ha sido pagado en su totalidad. Todo lo que puede hacer es venir con las manos abiertas para recibirlo. "Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

La próxima vez que este tentado a tirar la toalla y está listo para dejar de servir a Cristo, es cuando usted tiene que recordar quién es en Cristo, que nunca más está a la venta.

¿Por qué alguna vez dudaría del hecho que usted es salvo? No depende de ti, sino de la obra completa permanente por Dios a través del Señor Jesús, tu Redentor.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin