Ser un cristiano es más que decir que usted está de acuerdo con ciertas enseñanzas cristianas sobre el pecado y la salvación. Uno es un cristiano porque  ha sido "nacido de nuevo".  Los que han recibido este nacimiento espiritual por el Espíritu Santo tienen sus mentes puestas en lo que Dios desea. Ser cristiano no es haber llegado a un cierto estándar de conducta para los cristianos. Otra vez, esto es tener un cambio del pensamiento que afectó el modo que vivimos.

El creyente nacido de nuevo en Cristo tiene una transformación interna por el Espíritu de Dios. Este cambio dinámico ha afectado su modo de pensar. El cristiano nacido de nuevo tiene su mente habitualmente puesta sobre las cosas de Dios y lo complace a Él. El incrédulo pone su mente sobre las cosas pecaminosas, la carne egoísta.

"La ley del Espíritu de vida" (Romanos 8:2) regula y controla a el cristiano (v. 4). El cristiano vive bajo un nuevo principio de control de su vida. El Espíritu Santo aplica el trabajo terminado de Cristo a nuestras vidas. Nosotros no estamos bajo la ley porque Pablo nos dice, "hemos sido muertos a la ley por medio del cuerpo de Cristo" "y hemos sido libres de la ley" (7:7, 6).

El poder del pecado y la carne gobernando al creyente, ha sido de una vez por todos decisivamente juzgados. La autoridad en el creyente es ahora Dios el Espíritu Santo. Jesucristo nos ha liberado del poder de la esclavitud del pecado.

El apóstol Pablo no dice que nosotros cumplimos con los requerimientos de justicia de la ley. Es imposible. "Los requerimientos de justicia de la ley son cumplidos en nosotros." Este el trabajo del Espíritu Santo en el creyente.

Cuando nosotros venimos a la fe de salvación en Él, nosotros hemos recibido la morada del Espíritu Santo, y Él hace posible que nosotros vivamos de una manera que nunca podríamos lograr en nuestra propia fuerza. En el pleno sentido sólo Cristo ha cumplido todos los requisitos de la Ley, pero cuando nosotros estamos en Él, comenzamos a vivir el tipo de vida que Dios quiere que vivamos. "Cristo vive en mí, y la vida que vivo ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios..." Antes de que nosotros viniéramos a conocer a Cristo, nosotros estábamos continuamente derrotados por el pecado. Ahora tenemos una elección.

El cumplimiento esta "en nosotros" quien anda según el Espíritu. Agradezca a Dios que los creyentes no son abandonados para vivir la vida santificada en su propia fuerza. "Cristo vive en mí."

El contraste que Pablo hace resaltar en Romanos 8:5 es aquellos cuyas mentes están preocupadas por la carne, que se concentra en la carne a la exclusión de todo lo demás. Las cosas de Dios no dominan una mente puesta en la carne. 

¿Cuándo miramos la vida nos concentramos en la perspectiva del mundo, o lo vemos nosotros del punto de vista de Dios? ¿Estamos atados a las normas de esta vida? ¿Es la carne el foco de su vida entera? Nosotros conseguimos un panorama diferente cuando traemos a Dios en la imagen. ¿Es lo qué el Espíritu Santo tiene absorbiendo su interés?

Cuando nosotros "andamos en el Espíritu" Nosotros nos deleitamos en hacer lo que el Espíritu decide hacer cuando Él decida hacerlo. Esto es lo opuesto de una concentración en uno mismo, aún sobre el servicio que uno da a Dios.

¿Está preocupado usted por las cosas de la carne? Tal actitud produce la muerte. Cuando la mente esta puesta, decidida, ocupada con el Espíritu Santo hay vida y paz. ¿En qué me concentro? Cuando nuestra concentración está sobre el reino de Dios respondemos a la guía del Espíritu Santo.

Las acciones revelan el corazón. "Como un hombre piensa en su corazón, así él es." Lo que usted piensa de sí mismo lo revela su comportamiento.

La carne trae la muerte. El Espíritu trae la vida. Esta paz fresca penetra toda la vida (5:1). Ya que tenemos la paz de Dios, la reconciliación con Él, no hay ahora ninguna condenación. El Espíritu Santo produce un silencio santo sobre el alma. 

Cuando la mente es puesta sobre la carne esto produce la muerte porque es hostil a Dios y no podemos agradarle a Él. La mente puesta en el Espíritu produce la vida y la paz.

¿Usted es hostil a Dios, o le busca usted para agradarle a Él con todo su corazón y mente? El incrédulo " no complace a Dios " (v. 8). "La muerte" describe al no cristiano. El incrédulo está "muerto en delitos y pecados." El cristiano ha sido vivificado en Cristo, el Espíritu Santo. El cristiano "tiene hambre y sed de la justicia".  ¿Ha sido  usted vivificado en Cristo? 

Selah!