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contenido de esta página (c) 2017 por
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escritura de la Santa Biblia Reina y
Valera Revision 1995.
Usado con permiso.
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by permission. Escritura
citas de "LBLA"
es la
Biblia de las Américas (c) 1973, y la
actualización de 1995 por la Fundación
Lockman. Usado con permiso.
El Sufrimiento del
Cristiano
es el Camino hacia la Gloria
Nuestra esperanza como
cristianos es nuestra gloria futura. El cual
transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya
(Fil. 3:21). Nuestra “esperanza de gloria” está
garantizada por la presencia de la morada de Cristo
en el creyente (Col. 1:27).
En la parusía, la segunda
venida de Cristo, aquellos que murieron en Cristo y
los creyentes vivificados se les dará el final y la
completa “redención de su cuerpo” (Romanos
8:23). Ese cuerpo será preparado e idóneo para la
condición final de los cristianos creyentes (1 Cor.
15:23, 26, 54). “Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste, entonces vosotros también seréis
manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:4).
El apóstol Pablo nos dice que
nosotros seremos incluidos en el resplandor de la
gloria venidera, que pondrá en perspectiva los
sufrimientos presentes que nosotros experimentamos.
“Pues tengo por cierto que las aflicciones del
tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse”
(Romanos 8:18).
Como coherederos con Cristo
(vv. 15-17) Ahora nosotros somos beneficiaros de
todas las bendiciones espirituales (Efe. 1:3), y en
el futuro nosotros compartiremos con El todas las
riquezas del reino de Dios (Jn. 17:24; 1 Cor.
3:21-23). En Romanos 8:15-18 El apóstol está
haciendo hincapié de la seguridad de la salvación
del creyente, y dice que si nosotros somos
verdaderos cristianos nosotros sufriremos también
con Cristo (Jn. 15:20; Col. 1:24; 2 Tim. 3:12; 1
Pet. 4:12). Después de sufrir con Cristo, el
creyente compartirá la gloria de Cristo (2 Tim.
2:12; 1 Pedro 4:13; 5:10).
No hay participación en la
gloria de Cristo al menos que haya participación en
Su sufrimiento. Sin embargo, al mismo tiempo debemos
mantener claramente en mente que no contribuimos a
la obra de salvación de Cristo Jesús como la
expiación, la propiciación, la reconciliación, y la
redención. Sólo el Sustituto, sin pecado podría
lograr esa eficacia. Solo Cristo nos redimió por Su
sangre.
Sin embargo, el apóstol Pablo
hace esto claro no hay sufrimiento redentor a partir
de los cuales los sufrimientos de los hijos de Dios
deben ser clasificados con los sufrimientos de Dios
mismo.
Nosotros también debemos
recordar que solamente el sufrimiento que completa
la condición es, "sufriendo con Cristo.”
Solamente aquellos que comparten los sufrimientos de
Cristo ahora lo compartirán en Su gloria de aquí en
adelante. En orden para compartir en esa gloria
nosotros debemos compartir en Sus sufrimientos aquí
y ahora.
“Nosotros compartimos Sus
sufrimientos con el fin de compartir en Su gloria.”
El apóstol Pablo expresa la misma idea en 2
Corintios 4:17-18.
El sufrimiento es necesario
en la vida del cristiano (Jn. 15:20; 16:33).
El sufrimiento prepara el
camino para la gloria del cristiano. Esto nos prueba
que nosotros somos los hijos de Dios (Mat.
5:11-12; Jn. 15:18-20). Esto es el testimonio del
discípulo.
El sufrimiento es usado por
Dios para purificar al creyente. Algunos
sufrimientos vienen a nosotros de la mano de un
amoroso Padre celestial para producir en nosotros
santidad y un crecimiento espiritual. Dios usa el
sufrimiento para perfeccionarnos en la semejanza de
Cristo. Dios nos purifica hasta que El pueda ver la
cara de Cristo Jesús en nuestras vidas.
Porque El nos ama, Dios usa
el sufrimiento para corregirnos y disciplinarnos
para convertirnos en soldados de la cruz (Heb.
12:7-11; 2 Tim. 2:3; 1 Cor. 9:27). Dios también usa
estas experiencias en nuestras vidas para
prepararnos para ministrar en la vida de otros que
han sufrido.
La glorificación es nuestra
perfecta e incuestionable posición ante Dios en el
día del juicio final. Esto es la perfección de
nuestra santificación progresiva. Un día nuestro
carácter interior será como el de Cristo.
El sufrimiento por Jesucristo
también mejora nuestro testimonio cristiano. Cuando
nosotros sufrimos por Jesucristo las personas
perdidas nos mirarán con cuidado y escucharán lo que
tenemos que decir.
"He peleado la buena batalla,
he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la
cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y
no sólo a mí, sino también a todos los que aman a su
venida" (2 Timoteo 4:7-8).
Selah!
Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia
Blandin
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