La vida está llena de dolor, sufrimiento y muerte. Cada uno de nosotros participa de penas y dolor. A veces gemimos bajo la carga de sufrimiento. En mi ministerio diario yo veo a cientos de personas pobres que afrontan el dolor, la pobreza y el sufrimiento en América Latina. 

La palabra gemir es encontrada sólo seis veces en el Nuevo Testamento. En Romanos 8:22, 23, 26 la palabra stenazo y sus variantes se refiere a tres cosas diferentes: gemidos de creación (vv. 18-22), gemido de creyentes (vv. 23-25), y los gemidos del Espíritu Santo (vv. 25-30).

El apóstol Pablo nos dice que la creación gime (Romanos 8:18-22). Se refiere a la "creación no-racional, animada e inanimada." Los ángeles no se incluyen porque no estaban sometidos a la esclavitud de la corrupción. Satanás y sus demonios no están incluidos porque no participarán en la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Los hijos de Dios se distinguen de la creación, en el vv. 19-23. Los no creyentes no están incluidos porque no se caracterizan por una ferviente expectativa de esperanza en la venida de Cristo. La creación racional está excluida en este pasaje. Pablo nos dice  la "creación no racional, animada e inanimada" la creación ¨aguarda la manifestación de los hijos de Dios¨ (v. 19). Esta  "gime y sufre con dolores de parto hasta ahora" (v. 22).

¿Por qué esta gime como una madre dilatándose en el parto? El verso 21 nos lo dice para ser " libres de su esclavitud de la corrupción hacia la libertad de la gloria de los hijos de Dios." La creación, el cosmos, mira más allá de la "libertad gloriosa de los hijos de Dios".

La tierra anhela la libertad de la maldición, Dios la maldijo en el jardín cuando Adán pecó (Gén. 3:17-18). "Maldita será la tierra por tu causa" La creación un día será liberada por el Redentor. Cuando los cristianos sean totalmente redimidos, resucitados en gloria, el cosmos será igualmente redimido por completo.

La creación gime, pero un día esta se convertirá en una creación gloriosa. Hoy esta gime en dolor y  sufrimiento, corrupción y  vanidad. El dolor se terminará cuando el hijo sea liberado. Esta creación que gime espera con impaciencia el día que será puesta en libertad. El día viene cuando el cosmos será renovado (Isa. 11:6-9; 2 Pedro 3:13). La promesa fue dada  en el jardín (Gén. 3:15).

La creación participará en la gloria que será concedida sobre los hijos de Dios. "La creación entera, como era, establece una magnífica sinfonía de suspiros " (Phillips). 

No sólo el cosmos gime, sino también los hijos de Dios gemimos (vv. 23-25). Ya hemos sido adoptados, morada por el Espíritu Santo, son los "hijos de Dios", tienen el testimonio del Espíritu Santo, herederos y coherederos con Cristo, etc. Puede parecer extraño que el creyente gime cuando Dios ha hecho mucho para salvarnos. Nosotros gemimos porque hemos experimentado "los primeros frutos del Espíritu", que es una muestra de la gloria venidera. Ya hemos probado las bendiciones del cielo y de los años por venir para la plena manifestación del reino de Dios. Nosotros gemimos para estar bajo el control pleno del Espíritu Santo con cuerpos resucitados. El Espíritu Santo anticipa la salvación final. Él es el compromiso, la garantía, el pago, que nosotros, que tenemos el Espíritu, al final seremos salvos. Somos nosotros los que tenemos la morada del Espíritu esperamos ansiosamente ese glorioso día con plena esperanza. La libertad final está garantizada en la presencia de Su morada. Cuando Jesucristo regrese entraremos en toda nuestra herencia con Cristo. Somos salvos por  "la bienaventurada esperanza y gloriosa aparición del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo" (Romanos 8:24, Tito 2:13).

Ahora nosotros estamos gimiendo en  sufrimiento y dolor, pero cuando Jesús aparezca disfrutaremos de la gloria eterna con Él.

El apóstol Pablo nos dice que el Espíritu Santo también gime (vv. 25-30). Jesús gimió al ver el efecto del pecado y la incredulidad de las personas (Juan 11:33, 38; Marco 7:34). Hoy en día nuestro Paráclito, Consolador, o ayudador divino siente el dolor de nuestros pecados y gime por nosotros cuando pecamos. Él "nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos" (vv. 26-27).

El Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles de modo que agradaremos a Dios. Nosotros no sabemos la voluntad de Dios, pero Él la sabe porque Él es Dios. Él intercede por nosotros con Sus gemidos indecibles por lo que haremos la voluntad de Dios a pesar de nuestro sufrimiento. Él nos recuerda a pesar de lo que experimentamos aquí temporalmente no es nada en comparación con "la gloria que se ha revelado a nosotros" cuando Cristo venga.

Dios promete que resucitaremos de entre los muertos. Nuestra profunda tristeza se convertirá en una gran alegría. El final no será la supervivencia del alma inmortal, pero la resurrección del cuerpo, equipado para el cielo y la eternidad.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin