La Santidad. La palabra asusta a la mayoría de las personas. Incluso los cristianos temen esta palabra. Quizás es porque las personas religiosas han abusado de esta palabra.

La santidad es obligatoria en la vida del verdadero cristiano. Yo no pretendo que nosotros podamos ser perfectos en esta vida o alcanzar un punto en nuestras vidas donde no pecaremos (Fil. 3:12-14). La Biblia no enseña que no tenemos pecado en este tiempo de vida (1 Juan 1:8-10; 2:1-2). Además, la Biblia claramente enseña  que nosotros debemos andar en el Espíritu Santo (Gál. 4:6-7; 5:16-26). Esta es la obra del Espíritu Santo conformarnos a la imagen y la semejanza de Jesucristo. El nombre de la tercera persona de la Deidad es "Santo".

La meta de Dios en salvarnos es hacernos santos al Señor. Dios nos salva de modo que nosotros que estábamos muertos en delitos y pecados pudiéramos vivir una vida santa. W. E. Vine dice hagios, "santo" " significa (a) separado para Dios, 1 Cor. 1:30; 2 Tes. 2:13; 1 Pedro 1:2;  (b) la condición resultante, la conducta de acorde a los separados, 1 Tes. 4:3, 4, 7... La santificación es, pues, el estado predeterminado por Dios para los creyentes, en el que en la gracia Él les llama, y en el cual ellos comienzan su vida cristiana y prosiguen en esta ... el carácter esta a la vista, perfecto en el caso del Señor Jesús, creciendo hacia la perfección en el caso de los cristianos. Aquí el ejercicio de amor, es declarado el medio que Dios usa para desarrollar la semejanza de Cristo en Sus hijos." 

Cuando pusimos nuestra confianza en Cristo para la salvación; nosotros fuimos reservados para Dios por el Espíritu Santo. Las relaciones cambiaron en  que nosotros fuimos sacados de la Primera familia de Adán con su pecado y condenación para la muerte, y colocados en la familia del Último Adán con Su justicia y vida eterna.

Tenemos una nueva posición ante el Señor Dios, esto nunca cambia. Fuimos reservados para Dios (1 Cor. 1:2). Esta es nuestra santificación. Nosotros estamos "en Cristo." 

El trabajo del Espíritu Santo en el santo rendido, en el cual Él pone al creyente separado para Dios en su experiencia, eliminando el pecado de su vida y produciendo Sus frutos, es un proceso que continúa constantemente a lo largo de la vida del creyente. Esta es llamada la santificación progresiva (1 Tes. 5:23).

¿Cómo hace esto Dios? La clave para una vida santa está basada en todo lo que hacemos, en lo que Dios ya ha hecho por nosotros en Cristo Jesús. Nosotros somos conformados  en nuestro comportamiento a lo que sabemos es lo correcto. Jesús murió por nosotros en la cruz " para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros " (Romanos 8:4). 

Sin embargo, la santidad no es mantener una lista del hombre de que hacer y no hacer. Esto no es chequear la lista que una persona inventa. El apóstol Pablo dijo, "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne " (v. 3).

¿Qué es lo que Pablo quiere decir por el cumplimiento de estos requisitos justos de la Ley? Esto es seguir al Señor Jesucristo que es perfecto en justicia. El carácter de Dios  es totalmente visto en la persona de Jesucristo. Sí, los límites de la vida de Cristo son las exigencias de la Palabra de Dios. Es nuestra responsabilidad como cristianos permanecer dentro de los límites de Dios. Para hacer esto debemos mantener nuestros ojos claramente centrados en el Señor Jesucristo. 

Jesucristo rompió el poder del pecado al ir a la cruz y morir en nuestro lugar. Cristo nos  libro de la pena del pecado. Cuando nosotros creímos en Cristo nosotros fuimos justificados y absueltos por Dios. La justificación por  gracia por la fe siempre conduce a vidas santas.

Dios condenó el pecado en Cristo,  a fin de que Su justicia pudiera mostrarse en nosotros. La salvación es el resultado de la elección y la acción de Dios, y no la nuestra. Nosotros somos salvos por los méritos de Cristo separados de los méritos humanos (Efe. 2:8-9). Esto es toda la gracia. Dios nos dio vida en Cristo de modo que nosotros produciríamos buenas obras para Él. Él nos salvó, así nosotros podríamos ser los trofeos de Su gracia y una demostración ante un mundo visto en cuanto a lo que Él puede hacer con los pecadores muertos en pecados que creen en Él para la salvación. ¨Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efe. 2:10).

La santidad es la obra del Espíritu Santo, cuando Él toma la obra terminada de Jesucristo y lo aplica a nuestras vidas. Esto es un trabajo progresivo que comenzó cuando hemos nacido de nuevo y somos hechos nuevas criaturas en Cristo (2 Cor. 5:17).

El medio para la santidad es la de actuar sobre lo que Dios ya ha hecho por nosotros en Cristo."Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Rom. 6:11-14).

Cuando nosotros recibimos a Cristo como nuestro Salvador, nosotros recibimos " todas las cosas que  se refieren a una vida de santidad. " Usted no necesita otra experiencia. Usted no necesita un nuevo regalo.  A usted le han dado todo en Cristo; usted está " en Él "  desde el comienzo de su vida cristiana.

No hay ninguna fórmula  mágica secreta sobre la santidad. Nuestra responsabilidad es comprender lo que Dios ya ha hecho en Cristo y acaba de hacerlo. Cristo produce la santidad al traernos a una relación madura de amor con Él (Efe. 5:22-27).

Sí, esto es posible para el cristiano vivir una vida de santidad por el poder de Dios. Todo lo que Dios pide es que   nos hagamos disponibles para Cristo, y le permitamos que Él viva Su vida en y  a través de nosotros momento a momento. 

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin