El Señor Dios ha elegido revelarse plenamente a través de Su Hijo, Jesucristo. Él lo ha hecho de tal manera que una mente finita puede comprender la verdad esencial del ser infinito de Dios (Rom. 1:19-20).

"A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo de Dios, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Juan 1:18). Hemos llegado a conocer el amor de Dios "porque él puso su vida por nosotros" (1 Juan 3:16). "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él "(1 Juan 4:9, 10). "Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8).

Dios declara Su amor en la cruz de Jesucristo, y  es necesario nunca cuestionarnos esto, nunca más. Jesús Cristo "me amó y se dio a sí mismo por mí." Nosotros percibimos y entendemos el amor de Dios porque Jesús puso su vida por nosotros.

En la eternidad nosotros tendremos "la revelación incesante de aquella expresión incomprensible de amor infinito", dice Lewis Chafer. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado." La última imagen del amor de Dios es la cruz de Jesús.

¿Por qué esa demostración de amor? "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo" (2 Cor. 5:19). Cada juicio justo de Dios contra el pecado fue quitado por Cristo.

El pecado no es una cosa fugaz, o un pequeño problema con Dios. Tiene repercusiones eternas y se trató en el Calvario por el sacrificio expiatorio de Jesucristo. El único medio de tratar con el pecado es el todo suficiente Sustituto que estuvo en el lugar del pecador hasta que todos los motivos de nuestra condenación se trataron en el pasado, presente y futuro.

Jesucristo murió por mí, y como resultado de ello, nunca tendré que llevar lo que Él llevo en la cruz en mi nombre. Cristo "murió por mí", por tanto yo no podría morir. "La paga del pecado es muerte." Cristo murió mi muerte por el pecado. El amor de Dios provee un sustituto para mí el cual llega hasta el infinito. Este es Su atributo constante hacia el pecador.

Jesús es el "Cordero inmolado desde la fundación de la tierra." El amor de Dios no ha disminuido. Dios ha demostrado perfectamente Su amor al hombre pecador. La cruz es la perfección de Dios y la revelación definitiva de Su amor.

Dios manifiesta este gran amor mientras aún somos pecadores (Rom. 5:6, 8). El pecado creó el mayor problema para Dios, y en la cruz de Jesús, Dios proveyó la única solución posible para Él. Cada pecador es en la enemistad hacia Dios. La cruz de Jesús revela la maldad desesperada de nuestros pecados.

Sólo Dios logra la reconciliación del hombre pecaminoso rebelde a Él. Él lo logro por la muerte de Jesús en la cruz. "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (Isaías 53:6). "A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados" (Rom. 3:25). "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Cor. 5:21).

Dios logra nuestra reconciliación con Él a través de la muerte de Cristo. "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo." Jesús dijo, "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre" (Juan 10:17-18). Jesús estuvo en control de Su propia muerte. "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu." Por otra parte, Dios el Padre estaba involucrado en la muerte de Jesús (Hechos 2:23).

El infinito amor fue revelado en la cruz en el acto de salvación de Dios en la muerte de Cristo. "Dios estaba en Cristo." En esa muerte, "a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia… a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Rom. 3:25-26).

"Dios prohíbe que yo me gloríe, salvo en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. "

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin