Juan el Bautista fue un gran hombre.

Jesús dijo de Juan, "Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista" (Mateo 11:11).

Juan fue grande porque él vio su  correcta relación con Jesucristo. Él dijo de Jesús, "Es necesario que él crezca, pero que yo mengue" (Juan 3:30). "Él debe de crecer; yo debo de disminuir. "

El ministerio de Juan se produjo a finales del Antiguo Testamento y en  el principio del Nuevo. Los profetas habían estado silenciosos durante 400 años en Israel. Juan apareció en escena vestido como el profeta Elías.

¿Por qué Juan el Bautista fue tan importante que cada uno de los Evangelios comienza el ministerio de Jesús con la predicación de Juan? Según Malaquías e Isaías, un precursor  vendría preparando el camino para el Mesías (Mal. 3:1; 4:5-6; Isa. 40:3). Juan fue ése hombre.

Su mensaje era fuerte y poderoso. "Arrepentíos, porque el reino de los cielos  se ha acercado" (Mateo 3:2). Juan exigió un cambio radical en la vida de las personas como preparación para la venida del Mesías. La palabra Griega para "arrepentirse" significa cambiar de pensamiento, o cambiar. Se trata de un cambio en la actitud de una persona hacia Dios y en la conducta de vida. Es un llamado a una transformación radical de la persona entera. Se trata de un cambio  en la mente que resulta en un cambio en las actitudes y el comportamiento de una persona.

La suposición básica es que tenemos que arrepentirnos, porque nuestras vidas tienen que ser cambiadas. Somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios (Rom. 3:23). Estamos caminando en pecado y en egoísmo y  necesitamos un cambio radical de modo que nos veamos nosotros y  Dios. Tenemos que ser cambiados así vamos en la dirección del Señor Jesucristo. Dios exige que este cambio tenga lugar en nuestras vidas.

¿Por qué este cambio es tan importante para nuestra forma de vida? "El reino de los cielos se ha acercado" (Mateo 3:2). ¡El Rey Mesiánico ha llegado!

Incluso una lectura ocasional de los Evangelios revela que Mateo usa "reino de los cielos" en lugar del "reino de Dios." Mateo fue escrito a Judíos que  frecuentemente sustituían la palabra "cielo" por la palabra "Dios" de la superstición que ellos se negaron a pronunciar.

El mensaje de Juan se refiere al gobierno o el reinado de Dios como el soberano sobre Su creación. Pero también es el lugar donde Dios gobierna en la vida de Su pueblo redimido. Él espera que Sus sujetos vivan como miembros de Su reino.

El reino de los cielos o de Dios está cerca, porque Jesucristo es el Rey de reyes. La venida del Rey Mesías  significa que Dios juzgaría la tierra y bendeciría a Su pueblo. El juicio final ocurrirá cuando Jesús regrese. Pero incluso  ahora, Él juzga  porque Su presencia  fuerza a las personas a  escoger rendirse a Sus reglas  sobre sus vidas o negarse a rendirse a Sus reglas.

La única persona que puede lograr este cambio radical que tan desesperadamente necesitamos, es, "El cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29, 36).  La Sustituta muerte de Jesús perfectamente cumplió todos los sacrificios que se anunciaron en el Antiguo Testamento.

Al someterse al bautismo de Juan, Jesús fue identificado con los pecadores para que un día pudiera dar su vida por los pecadores. Jesús fue obediente hasta la muerte como nuestro sustituto en la cruz. El murió por nuestros pecados.

Nosotros nos sometemos al bautismo como creyentes en Cristo, no para ser salvos, sino para identificarnos con la muerte y la resurrección de Jesucristo. El bautismo es un símbolo de nuestro ser enterrado en Su muerte  y Su resurrección. Estamos identificados en Su muerte y Su resurrección para que Su muerte se convierta en nuestra muerte y Su resurrección es nuestra resurrección. Jesús se identificó con nosotros para que en nuestra humanidad Él pudiera morir por nuestros pecados. "La paga del pecado es la muerte", sin embargo Él no moría por Sus propios pecados, sino por los nuestros. "El cordero de Dios que quita el pecado del mundo".

¿Se ha identificado usted mismo con Jesucristo? ¿Ha  entregado su vida a Él? ¿Ha experimentado el cambio radical que Jesús  trae a los pecadores que se arrepienten de sus pecados y confían en Él como su Salvador?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin