Agustín dijo: "La oración calma y purifica el corazón y hace que sea más capaz para recibir los dones Divinos. Dios está siempre listo para darnos su luz, pero no siempre estamos dispuestos a recibirlo. Al orar abrimos canales de bendiciones, a través de las cuales,  siempre están listas, y pueden fluir".

¿Alguna vez te vistes tratando de impresionar a los demás por la forma en que oras o lo que dices a Dios?

La oración no es una forma de impresionar a otras personas. Qué tragedia cuando la comunión con Dios se reduce al egoísmo carnal religioso.

Entonces, ¿Cómo vamos a Orar? Porque debe ser nuestra práctica habitual orar todos los días, Jesús dio un modelo de oración para  guiar o hacer nuestras oraciones. Jesús dijo encuentren un lugar privado para no ser observados (Mateo 6:5-7). "El secreto de la religión es la religión en secreto," dice McNeile. Dios siempre está ahí en el lugar secreto. Jesús dijo que ni la duración de nuestras oraciones impresionan a Dios, ni la repetición de palabras o frases. Filson observa que las oraciones de Jesús "tienen la sencillez, la brevedad, la claridad intelectual, y  la comprensión espiritual." En el modelo de oración,  Jesús no está preocupado por una serie de palabras, sino un modelo en la formación de otras oraciones.

"Padre nuestro que estás en los cielos" (Mat. 6:9). Jesús frecuentemente utiliza "Mi Padre" y "vuestro Padre", pero Él nunca se une a los discípulos con "nuestro Padre". Su relación con Su Padre es única. Es un milagro que podemos llamar a Dios "Padre nuestro que estás en los cielos." Es un gran descubrimiento liberador poder llamar a Dios "Padre nuestro" y descansar en Su amor. Siempre debemos tener en cuenta que cuando nos dirigimos a Dios íntimamente como "Padre" también reconocemos su infinita grandeza como el soberano del universo. Nuestra relación con Dios como Padre nos lleva cerca de Su fuerza, majestad y poder.

Dios es tres veces santo, y Su nombre es santo. Se nos manda a tratar Su nombre diferente al de todos los otros nombres. ¿Usted  tiembla cuando escucha el nombre de Dios usado en una maldición o en vano?

Su nombre es santo y debe ser tenido en debida reverencia porque Su nombre representa todo lo que Él es. Honrar Su nombre es honrar a Dios y exaltarlo por encima de todos los demás.

Se Nos ha permitido incluso llamar a Dios Padre, usando la más personal de todas las palabras, abba, "padre" (Mateo 11:25; 26:39, 42; Mar. 14:36; Luc. 23:34; Juan 11: 41; 12:27; 17:1, 5, 11, 21, 24, 25; Rom. 8:15-16; Gál. 4:6). Pero el Dios a quien oramos nunca debe ser tratado a la ligera. Él es personal y cuidadoso y siempre debe ser tenido en  reverencia, en honor, en gloria y en gran exaltación. El salmista declara: "Engrandeced a Jehová conmigo y  exaltemos a una su nombre" (Sal. 34:3). El nombre santo de Dios y Jesucristo nunca debe ser usado en vano o en broma. Tenemos que ser reverentes ante todo lo que Dios es y representa. Tenemos que mantener Su nombre santo.

Luther preguntó, "¿Cuál es el nombre sagrado de Dios entre nosotros?" Él respondió: "Cuando ambas, nuestra vida y doctrina, sean verdaderamente Cristianas". Debemos adorarle en plena reverencia cuando somos constantemente obedientes a Su voluntad revelada en Su Palabra.

"Padre Nuestro" nos recuerda que Él está siempre infinitamente cerca de Sus hijos. Él está siempre disponible para nosotros cuando llamamos a Su nombre. Siempre estamos animados a acercarnos a Él con confianza y no tener miedo. "Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro" (Hebreos 4:14-16).

También debemos tener en mente que alejados de Jesucristo nadie puede venir al Padre. Jesús dijo, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin