Es casi sorprendente la forma en que el poeta describe el sufrimiento del desamparado por Dios, por el desprecio de las personas malvadas que se burlaban de él. El Rey Hebreo escribió:

Más yo soy gusano, y no hombre,

"Oprobio de los hombres,

y despreciado del pueblo.

Todos los que me ven

me escarnecen;

estiran la boca, menean la cabeza, diciendo:

'Se encomendó a Jehová; líbrele él;

sálvele, puesto que en él se complacía'" (Salmo 22:6-8).

El Rey David escribe usando gestos de impotencia, debilidad, y la desesperanza en estos versos. Es otra imagen vívida de los eventos en el Calvario, poner por escrito mil años antes de que en realidad tuvo lugar en la historia (Mateo 27:39-43).

"Abrieron sobre mí su boca, como león rapaz y rugiente" (Salmo 22:13). La multitud en la crucifixión de Jesús hicieron eso en  detalle gráfico. Sus huesos se descoyuntaron de sus manos, brazos, hombros y pelvis (Salmo 22:14). "He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron, mi corazón fue como cera, derritiéndose dentro de mí" (Salmo 22:14). Sudor derrama profusamente desde el intenso sufrimiento, y el agotamiento y la tensión afecta el funcionamiento de su corazón. Con su fuerza agotada, y la deshidratación, Su lengua se aferra a su boca de sed extrema (Salmo 22:15). "Mi fuerza como un tiesto se secó, y mi lengua se pegó a mi paladar" (Salmo 22:15).

Parados cerca de la cruz, en el versículo dieciséis y escucharlo decir, "En el caso de los perros [termino judío para escarnio de los gentiles] me han rodeado; una banda de malhechores me han cercado, sino que traspasaron mis manos y mis pies" (cf. Mat. 27:35; Juan 20:20, 25).

Ellos le miraron fijamente en la cruz. Él es tan frágil del sufrimiento que pueden contar sus huesos en su cuerpo desnudo. Incluso el echar suerte de su ropa es literalmente cumplido (v. 18; cf. Mat. 27:35; Luc. 23:34; Juan 19:24; 19:23; Mar. 15:24). Cualquier lector imparcial de este poema mesiánico debe llegar a la ineludible conclusión de que encuentra su realización histórica en la crucifixión de Cristo.

La muerte de Jesucristo hace la perfecta expiación para nuestros pecados. Él fue abandonado por Dios por lo que puede ser perdonado.

Este inigualable poema mesiánico también declara que el sufrido siervo de Dios murió triunfante sabiendo que su sufrimiento producía la perfecta expiación por el pecador. Él cuenta cómo su oración fue escuchada y  afirma que alabará a Dios ante los hermanos de la gran congregación.

Hay un cambio abrupto en el progreso constante de la poesía de la desesperación en el dolor a un nuevo creyente en Dios. Salmo 22:22-31 concluye con los resultados que surgen de la resurrección. Y cierra con un mensaje de agradecimiento y esperanza en la anticipación de la proclamación de la buena noticia.

"Voy a hablar de tu nombre a mis hermanos, en medio de la congregación te alabaré" (Salmo 22:22). El advierte a los demás, "Usted que teme al SEÑOR, alábelo" (Salmo 22:23).

Además, el mensaje no es sólo para los hermanos Judíos (Salmo 22:22-24), sino también "todos los confines de la tierra  recordarán y se volverán a Jehová, y todas las familias de las naciones adorarán delante de Ti" (Salmo 22:27). ¿No es este el gran mensaje misionero predicado después de la resurrección de Cristo? (cf. Mat. 28,18-20; Hechos 1:8; Rom. 1:16; Fil. 2:8-11; Apo. 4-5).

El salmista presenta una gran invitación para todos los  que se humillan y confían en El Salvador. La salvación es para los que "temen a Jehová" (Salmo 22:23, 25), "buscar a Jehová" (Salmo 22:26), “recuerda y vuelve a Jehová" (Salmo 22:27), y "arrodíllense ante él" (Salmo 22:27, 29). Es para todos los que invocan su nombre y serán guardados.

La posteridad le servirá; "Esto será contado a Jehová hasta la postrera generación.  Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no nacido aún, anunciarán que El hizo esto."

Usted y yo estamos incluidos en esta gran multitud (Juan 17:20). El Salvador tenía en su mente a ti y a mí mientras estuvo colgado. ¿Has respondido a Él en la fe?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin