Jesús nos recuerda: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).

¿Qué se dice a usted mismo cuando está presionado por todos lados  por situaciones peligrosas? ¿Qué hace cuando usted enfrenta  problemas?

Muchas veces  yo he ido a Salmos 121 donde yo he encontrado un maravilloso espíritu de profunda paz como el Salmista vuelve sus ojos al cielo, y expresa su confianza en Jehová Dios. El cansado peregrino experimenta la protección de Dios debajo de Sus ojos vigilantes.

Los caminos antiguos en el Oriente Medio consistía en caminos trillados a través de los valles, a lo largo de los ríos y las montañas. Muchos viajeros cantaron esta canción para darse esperanza y valor a sí mismo a lo largo de su viaje. ¿Ha silbado o cantado un himno en la oscuridad para recordarse a usted mismo el sostenimiento de la gracia de Dios? He descansado en una profunda paz cuando he escuchado las ametralladoras y los fuegos de morteros en la distancia en medio de la noche. En otras ocasiones he ido a dormir sabiendo que hubo 35.000 milicias de izquierda que rodeaban el lugar donde dormía.

El salmista se dio a sí mismo ánimo porque él anhelaba ver los montes de Judá en la distancia,  los cuales le recordaban el cuidado y protección de Dios. "Mirar hacia los montes," significa mirar a Dios como una ayuda verdadera. Cuando el Salmista miró las montañas, vio más allá de ellas, a Aquel que hizo las montañas (Salmo 121:2). El poeta desarrolla la idea de poner la esperanza en el Dios que "vigila", "conserva", "guarda", "cuida de los eventos", y "guardia" de Su pueblo.

"Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?" (Salmo 121:1).

El Salmista está lleno de esperanza. Sus pensamientos se mueven más allá de las montañas y del universo del Dios el Creador. Su ayuda vendrá de Dios, quién hizo las montañas. Esta es su esperanza de vida. El gran Dios Creador que hizo los cielos y la tierra es nuestra ayuda en tiempo de problemas.

El Salmista explora las aplicaciones prácticas de cómo el Señor ayuda a Sus fieles seguidores. Él es nuestro protector divino que siempre está alerta a los peligros que enfrentamos en el día o la noche. Nuestro Dios nunca duerme o adormecerá. "Él no permitirá que tus pies se deslicen" (Salmo 121:3a-4). ¿No podemos dormir bien, pero Dios nos está cuidando en nuestro viaje?

¿Quién es tu "guardador"? ¿Quién tiene gran cuidado sobre ti? ¿Quién cuida de ti en tus crisis más difíciles? ¿Quién nos guarda con Su amor y protección? "El SEÑOR es tu guardador" (Salmo 121:5). El SEÑOR cuida de mí.

Personalice este Salmo reverentemente  cambiando el pronombre "usted" en los versículos 3-8 a "mi". Ponga su nombre en el lugar de "Israel".

¿Cómo Dios me protege? La palabra "sombra" en el versículo cinco simboliza la protección y la defensa. JEHOVA es la fuente de protección para Su pueblo frente a las dificultades en los días y las noches (cf. Isa. 25:4). Nuestra protección se encuentra en "la sombra de Sus alas" (Sal.78:8, 36:7). El cubre a Su pueblo a la sombra de su mano (Isaías 49:2; Juan. 10:28-29).

C. H. Spurgeon hace una aplicación práctica de esta gran verdad de que el SEÑOR Dios es nuestro protector en todo momento y en todas las circunstancias. "Los propósitos de Dios: los atributos divinos, las promesas inmutables, el pacto, ordenado en todas las cosas y seguro, la providencia, la predestinación, y demostró la fidelidad del Señor, son las montañas a las que tenemos que levantar nuestros ojos, y de estas viene nuestra ayuda".

El apóstol Pablo dio una lista de los peligros que él enfrento en 2 Corintios 11:23-29, y que se resumen en Romanos 8:35-39 cuando se formuló la pregunta, "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?" (Rom. 8:35). La respuesta de Pablo es, "Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Rom. 8:37).

Me pueden poner mi cara en el piso de la derrota. Me puedo sentir como el mayor fracaso en esta vida. Puedo sentirme golpeado por mis enemigos. Pero el salmista ve el inmutable amor y la gracia de Dios mirando sobre él. Dios no cambia, por lo tanto, Su amor para mí no cambia. Es eterno y Él ha demostrado el amor de una vez por todas en el Calvario.

El apóstol Pablo dice absolutamente nada me puede separar del incomparable amor de Dios. Usted me mantendrá en la palma de Su mano firme y soberana. Estoy divinamente amado, perdonado completamente y para siempre en libertad a través de la sangre de Jesucristo su Hijo amado. Nada  nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rom. 8:39).

¿Por qué podemos decir con convicción? "Mi ayuda viene de Jehová, que hizo el cielo y la tierra. . . . El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre" (Sal. 121:2, 8).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin