¿Tiene usted problemas haciendo el cambio entre el Cristo histórico del Nuevo Testamento y del Cristo vivo de hoy?

En la realidad, Él es la misma persona. El no cambia. Es El único a quién nosotros alabamos y servimos hoy; es el mismo que anduvo en los caminos polvorientos de Galilea, Él fue crucificado y resucito.

Nosotros restringimos a Dios cuando nosotros decimos que Él es capaz de hacer todo lo que Él dijo que haría en nuestras vidas, pero hoy nosotros no nos apropiamos de El por la fe. Las promesas de Jesús son absolutamente confiables. ¿Cree usted todo lo que está escrito en su Palabra?

Nosotros lo vemos a El caminando en el agua, sanando al enfermo, abriendo los ojos de los ciegos, haciendo que los sordos escuchen, los mudos hablen, restaurando los miembros del cuerpo que están paralizados,  echando fuera a los demonios, calmando las tormentas en el lago de Galilea y haciendo que los muertos vuelvan a vivir otra vez. Parece que nosotros no tenemos problemas creyendo estos grandes eventos históricos en la vida de Jesucristo. ¿Creemos sin duda que El hizo todo esto, pero creemos nosotros que Él lo hará aquí y ahora? ¿Lo que es más importante, creemos nosotros que Él es soberano en nuestras vidas hoy? ¿Esperamos nosotros que Él se manifieste sobre nosotros en cualquier momento durante el día? ¿Nos sorprendemos cuando Él interviene en nuestras vidas? ¿Hay alguna tendencia a dudar y no creer cuando Él nos sorprende con su divina presencia?

¿Tomamos nosotros las palabras de Jesús como impersonales? Jesús dijo a su amiga Marta, "Tu hermano resucitará" (Juan 11:23). En vez de tomar las palabras de Jesús como una promesa para creer en ese momento de crisis; ella rechazo las palabras de Jesús y las relaciono con la vida futura cuando cada creyente resucitara.

Marta hace algo que nosotros en la actualidad moderna hacemos. Ella no recibió estas palabras personalmente y actúa inmediatamente. Nos decimos a nosotros mismos que esto se aplica a un pasado distante o  a un futuro lejano. O nosotros pensamos que esto es para otras personas que son mejores que nosotros, o más espirituales, pero no para mí en mi situación.

Nosotros no conseguimos nada de las promesas de Dios, si nosotros no nos apropiamos de ellas por fe. ¿Qué diferencia marca Cristo en nuestras vidas cuando decimos, 'Esto es para mí. Es realmente verdad que Cristo vive en mí? Señor Jesús esta es la situación más difícil que yo he tenido en mi vida. Yo no puedo hacer esto por mí mismo, Pero yo sé que tú puedes levantar a los muertos y por lo tanto  tu puedes hacer cualquier cosa que decidas hacer. Dame tu gracia y tu fuerza en esta hora. Aquí estoy trabaja en mí.

Jesús no ha cambiado; Él es la Resurrección y la vida y dondequiera que El este hay vida abundante. Jesús está aquí con usted y conmigo ahora. Él es la vida. Él nos da una vida abundante. Así como Jesús resucito a Lázaro de la muerte física, Él me ha levantado a mí y a usted a una vida espiritual. Si usted es un creyente, usted tiene esta nueva vida en Cristo y El ahora habita en usted. Cuando usted está disponible para El, usted vivirá una vida al máximo para él.

Nosotros estuvimos muertos en delitos y pecados, pero cuando Cristo vino a nuestras vidas, a nosotros nos fue dada la vida por su santa presencia.

Jesús le prometió a Marta, "el que cree en mí, vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente" (Juan 11:25-26).

Es un gran consuelo y una seguridad para los creyentes, que han recibido la vida eterna, que nunca se perderá otra vez. Además, hay una seguridad para nuestros problemas de la muerte física; estos son contestados por su resurrección física. Así como Cristo resucito de la muerte y Él está vivo; también nosotros resucitaremos y viviremos con El por toda la eternidad.

¿Está usted muerto o está usted vivo? ¿En quién confía usted para la vida? ¿Se apropia hoy usted por fe de la vida abundante?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin