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autorizacion del autor. Cotizaciones de
escritura de la Santa Biblia Reina y
Valera Revision 1995.
Usado con permiso.
"RVR1995" are
taken from the Reina-Valera 1995 version. Copyright
© Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Used
by permission. Escritura
citas de "LBLA"
es la
Biblia de las Américas (c) 1973, y la
actualización de 1995 por la Fundación
Lockman. Usado con permiso.
Dios
Removió el Cuerpo
Cuando
Pedro y Juan escucharon a María Magdalena decir, "Se
han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos
dónde le han puesto" ellos
corrieron a la tumba de Jesús dejando a María atrás
(Juan 20:2-3).
Corrían
los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más
aprisa que Pedro, y llego primero al sepulcro (Juan
20:4). La piedra que tapaba la entrada del sepulcro
había sido removida. Juan no entro a la tumba,
solamente se paró afuera de la entrada. Y bajándose
a mirar, vio los lienzos puestos allí, y el sudario,
que había estado sobre su cabeza, no puesto con los
lienzos, sino enrollado en un lugar aparte (Juan
20:5-8)
Juan se
inclinó para tener una mejor vista de la tumba.
Cuando Pedro llego un poco después, Juan no dudo,
sino entro directo a la tumba.
El apóstol
Juan repite lo que causó para él la prueba
convincente que Cristo había resucitado de la
muerte. El sudario que había estado en la cabeza de
Jesús, estaba ahí en un lugar aparte, enrollado,
como un turbante, como si la cabeza estuviera
adentro del sudario. Juan vio esta prueba
convincente y creyó (Juan 20:8).
Ahí no
había señales de un ladrón apresurado llevándose el
cuerpo, o alguien corriendo con el cuerpo con miedo
a que lo descubrieran. Esta fue una escena ordenada,
no una escena confusa. Ellos no podrían haber dejado
la ropa enrollada ordenadamente, como si ellos
hubieran estado alrededor del cadáver. Los ladrones
habrían tomado apresuradamente el cuerpo, la ropa y
todo, o habrían robado el cuerpo y dejado la ropa
amontonada en el piso.
Juan
señala que los lienzos con los que había sido
envuelta la cabeza del Señor, el perfume dulce y la
mirra que pusieron en el cuerpo
de Jesús estaba intacta. Nicodemo y José de Arimatea
lo habían enterrado el viernes por la tarde. Nada
fue desordenado.
Pedro se
paró en el sepulcro, y vio los lienzos que estaban
en la tumba. Esto fue asombroso y miro fijamente
examinando las envolturas.
Entonces
entró Juan con Pedro y "vio y creyó" (Juan 20:8).
Juan vio la misma evidencia y percibió al punto de
creer que Jesús estaba vivo, levantado de la muerte.
Esto fue un milagro, algo completamente imposible a
menos que Dios interviniera y lo hiciera. Ese fue el
momento en el que Juan creyó que Jesús había
resucitado de la muerte.
Juan no
vio con una vista física. Él lo percibió con un
entendimiento intenso y creyó. Juan nos dejar saber
que todos los discípulos que vieron después al Señor
resucitado, creyeron, pero él fue
el primero en creer antes de ver a Jesús vivo en un
cuerpo resucitado.
¿Por qué
él llego a esa conclusión? El sudario estaba
enrollado como originalmente lo acostumbraban,
así como los lienzos habían sido envueltos
apretadamente alrededor del cadáver del Señor. En la
tarde del viernes, José y Nicodemo "Tomaron el
cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con
especias aromáticas, según es costumbre sepultar
entre los judíos" (Juan 19:40). ¡Nada fue
desordenado! Los lienzos habían
sido envueltos apretadamente en su cuerpo herido y
en su cabeza los cuales estaban puestos sin ser
trastocados.
El cuerpo
de Jesús había cambiado a un cuerpo resucitado y se
sobrepuso de aquella envoltura sin trastocar. La
condición de estas envolturas evidencia que Cristo
había sobrepasado los límites sin alguien que le
ayudara a liberarse de ellas. La tumba fue dejada
atrás intacta, pero vacía. Cristo había vencido. Su
cuerpo resucitado fue algo nuevo, diferente y
maravilloso como los cuerpos glorificados de Moisés
y Elías en el Monte de la Transfiguración (Mateo
17:2-3).
Con cien
libras (Juan 19:39) de un compuesto de mirra y de
áloes, nadie habría podido
desenvolver el cuerpo y poner los lienzos de vuelta
a su estado original.
¡Por un
diseño premeditado Dios había quitado el cuerpo!
Jesús volvió a vivir. El resucito. El cuerpo de
Jesús dejó en la tumba los lienzos, los cuales
habían puesto alrededor de Él. Simplemente había
resucitado por el poder de Dios, el mismo día Jesús
entro donde estaban sus discípulos estando las
puertas cerradas (Juan 20:19, 26).
Los
lienzos de la tumba fueron reducidos de nivel cuando
el cuerpo de Jesús fue removido del peso de las
especias que podían herir su cuerpo. El sudario
probablemente retuvo su forma cóncava. Sólo Dios
podría quitar el cuerpo y dejar en la tumba los
lienzos como testigos oculares. Jesús había
resucitado en un cuerpo glorificado.
Juan
examino las suficientes evidencias y concluyo que
Jesús está vivo. ¿Qué conclusión usted tendría,
después de haber visto la misma evidencia?
Selah!
Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia
Blandin
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