El templo Judío tenía una señal de "prohibido el paso" que impidió a todas las personas no Judías ir más allá de una cierta área. Fue aplicada la pena de muerte. Los no Judíos podían ir sólo hasta el Tribunal de los Gentiles, y las mujeres Judías podrían ir sólo hasta el Tribunal de las Mujeres.

El templo fue rodeado por los tribunales que formaron cortinas de separación del interior del santuario al Lugar Santísimo. El tribunal interior  era el Tribunal de los Sacerdotes que constantemente asistían a los sacrificios diarios y dirigían la adoración de Yahvé o el SEÑOR Dios. Después fue el Tribunal de Israel en el cual sólo los hombres Judíos podían entrar y adorar. Después de esto fue el Tribunal de las Mujeres, que indicaron, que las mujeres Judías no podían ir más allá en el templo. El perímetro externo era el Tribunal de los Gentiles con una barricada de cinco pies que dio la vuelta del recinto del templo entero. En intervalos sobre la pared separando al Judío de la gente no Judía,  eran inscripciones advirtiendo  que alguna vez  no permitieron a personas no Judías entrar en el recinto Judío sobre el castigo de muerte.

Los arqueólogos encontraron una inscripción de piedra en 1871 que remonta al templo Judío. Este se lee, " Ningún extranjero debe entrar dentro de la barandilla y el muro de contención alrededor del santuario. Cualquiera  que sea atrapado tendrá que culparse el mismo seguido de su propia muerte. "

Lo esencial era, " Los intrusos serán muertos. " De hecho, el apóstol Pablo casi consiguió que lo mataran en el templo debido a rumores falsos de que él metió a un Gentil en el área sagrada (Hechos 21:27-31).

Jesús derribó la pared. No, Él no lo hizo con Sus manos. Él lo hizo con Su cruz. "Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por[j] la sangre de Cristo" (Efesios 2:13). Poderoso es el mensaje de la cruz. Pablo  va a describir los efectos de la sangre de Jesús sobre la pared de separación. "Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, 16 y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad" (Efesios 2:14-16).

La barrera del pecado entre el hombre y Dios fue quitada por la muerte de Cristo, como resultado el hombre es unido de nuevo a Dios. Jesús proporcionó el único camino para que el hombre pueda acercarse a Dios. Él con eficacia quitó las paredes que dividen.

Es por Cristo  Jesús, ambos  [Judío y no Judío] tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre (la v. 18). El resultado es " Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios " (Efesios 2:13 19).

La causa de la enemistad perpetua ha sido quitada. El pecado fue entregado en la cruz. La enemistad completamente ha sido dejada a un lado, la amistad completa sigue. Donde había enemistad Cristo ha logrado la reconciliación. Estamos en paz con Dios.

Dios era la parte ofendida y él tomó las medidas para quitar la enemistad. Esto es una acción divina que quita la barrera. No es que los dos lados vengan juntos como si era voluntariamente o como igual; esto es el superior  trayendo al otro en esta posición de armonía completa y acuerdo.

Dios hizo la reconciliación. Dios el Padre envió a Dios el Hijo para pagar nuestra deuda de pecado por completo muriendo en la cruz. Él llevó el castigo debido a nosotros por nuestros pecados y  como resultado restauró nuestro compañerismo con Dios. La cruz de Jesús hizo un camino para nosotros para que vengamos a Dios por la fe.

Además, porque el camino a Dios fue restaurado por la muerte de Cristo nuestro compañerismo con los Judíos y no Judíos ha sido restaurada si ellos están también en Cristo. Note con cuidado, la paz vendrá sólo como individuos  que son reconciliados para Dios por Jesucristo. El pecado trajo la enemistad. Jesús quitó esta enemistad.

Desde que la gran pared ha sido completamente quitada no hay ninguna necesidad de las paredes menores de separación. Ellas se vinieron abajo con la pared que nos separó de Dios. Pero el velo bajó solamente en Cristo. Si Dios ha arrancado la pared de separación entre él y nosotros nunca puede haber una pared que separa  a otros en Cristo de nosotros. De hecho, la gran verdad del pasaje es que somos todos miembros de un cuerpo de Cristo (Efesios 2:13 13-18).

Si somos uno en Cristo, entonces en sus ojos somos uno con cada creyente. No hay ninguno Judíos y no Judíos, esclavos o libres, en Cristo. Nosotros somos todos " en él. " La pared fue derribada con el velo grueso en el templo que mantuvo a   cada uno fuera de su  presencia santa incluyendo a los hombres Judíos. La única excepción era el sumo sacerdote durante el Día de Expiación, y luego solamente durante un día del año. El velo fue rasgado de arriba a abajo y todos podemos  entrar a la presencia santa de Dios por la sangre de su Hijo.

Todos nosotros hemos sido reconciliados en "un cuerpo con Dios por la cruz." "Entonces ustedes no son más extranjeros y advenedizos, pero ustedes son conciudadanos con los santos y los miembros de la casa de Dios."

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin