¿Alguna vez usted  ha vuelto temporalmente a la incredulidad y al pecado después de que se hizo cristiano? La condición de reincidir es el resultado de la apatía espiritual o la indiferencia a la verdad de la Palabra de Dios. Esto causa un escape  de la confesión de la fe y las normas Bíblicas éticas. Las acciones son afectadas por nuestras actitudes hacia Dios y Su Palabra.

Y Jesús les dijo,  "Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto paras el reino de Dios" (Lucas 9:62).

El reincidir es diferente de la apostasía, que desprecia la gracia de Dios al renunciar al trabajo de expiación de Jesucristo sobre la cruz (Heb. 6:4-6; 10:26-31). Cuando una persona renuncia a su fe en Cristo esa persona nunca fue un verdadero hijo  de Dios, y nunca estuvo entre los escogidos de Dios (Juan 3:18-21, 36; 5:24-29).

De otro modo, el individuo escogido, regenerado por el Espíritu Santo, justificado por la gracia a través de la fe en Jesucristo, y redimido por Dios ha sido liberado de una vez por todas de la esclavitud del  pecado. El reincidir no es " caído de la gracia " en el sentido que el cristiano una vez que ha sido salvo por la gracia puede perder su vida eterna en Cristo. Él es hijo de Dios para siempre, y Él ha entregado Su vida al creyente  pecador.

Hubo momentos cuando los discípulos de Jesús se retiraron del compañerismo con el Señor (Mat. 26:56), Pedro negó a Cristo (Mat. 26:69-75), los creyentes de  Corintios vivieron en el pecado (2 Cor. 12:20-21), la Iglesia en Asia se hizo tibia (Apo. 2:4, 14-15, 20), etc.

El pueblo de Israel nos sirve como un ejemplo para los cristianos de hoy en día.  Nos exhorta a perseverar en la justicia y a hacer la voluntad de Dios. Israel abandonó su pacto con el SEÑOR Dios (Jer. 2:19; 8:5; 14:7), y demostró su infidelidad al desobedecer a Dios.

En el Nuevo Testamento, el reincidir es visto como un problema individual, aunque es posible para las iglesias el reincidir, también.

¿Por qué los Cristianos reinciden? Todavía poseemos la vieja naturaleza que esta "viciada  conforme a los deseos  engañosos" (Efe. 4:22; Rom. 7:13-24; 1 Cor. 3:1-3). La falta de una relación íntima  con Cristo  resulta en una falta de  vitalidad espiritual y un servicio cristiano ineficiente (Juan 15:4-8). No hay otra manera de vivir la vida cristiana excepto al  mantener una relación  íntima con nuestro Señor Jesucristo.  Si no mantenemos ese contacto vital con Él,  no podemos tener un  crecimiento espiritual ni hacer un  ministerio efectivo en Su nombre.

La incredulidad (Heb. 3:12), la amargura (Heb. 12:15), el amor  por el mundo (2 Tim. 4:10), el amor por el dinero (1 Tim. 6:10), adhesión a la filosofía mundana (Coronel 2:8), el legalismo (Gál. 3:1; 1:6; 5:7), la indiferencia y la frialdad espiritual (Apo. 2:4; 3:16) son otras causas para el reincidir.

El reincidir contrista al Espíritu Santo (Efe. 4:30), y esto no agrada a nuestro Señor Jesucristo (Heb. 10:38). Hay consecuencias naturales que siguen a este pecado (Lev. 26:18-25).

¿Cómo podemos prevenir reincidir en nuestra vida espiritual? Es esencial que nosotros "permanezcamos" en Cristo (Juan 15:4-7), permanezcamos alertas espiritualmente (Efe. 6:18), cubrirnos con la armadura  de Dios (v. 10), mantenernos en oración (1 Tes. 5:17), etc. Procurar amar al Señor Dios con toda nuestra mente, corazón y con todo nuestro ser cada día de nuestras vidas.

Podemos agradecer a Dios ya  que Él pacientemente persevera con Sus santos. Tal como debemos perseverar en hacer Su voluntad, podemos ser agradecidos con Él ya que  ha hecho un maravilloso pacto con nosotros en la sangre de Su Hijo, Jesucristo. La gracia de perseverancia es una de las grandes ventajas   de la expiación de la muerte de nuestro Señor Jesucristo para nuestros pecados. La solución para el reincidir se encuentra en permanecer en su amor duradero y la misericordia de nuestro Dios de la gracia quien permanece fiel a Sus promesas.

El reincidir es  algo muy serio. Martín Lutero dijo, "Las ofensas dadas dentro de la iglesia son mayores que aquellas dadas entre el pagano porque cuando los  Cristianos se degeneran,  ellos son más impíos que los paganos."

Tenemos una opción. Podemos progresar o  retroceder en nuestra vida Cristiana. Tenemos una gran responsabilidad en como decidimos vivir la vida cristiana. Dios es capaz de fortalecer y santificar progresivamente al Cristiano si cooperamos con Él (Heb. 3:12; Fil. 3:10-16).

La promesa para cada Cristiano que reincide es  "Volveos a Mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos" (Mal. 3:7). Reconozca su pecado, y arrepiéntase, confié en el Señor para su perdón y pida al Espíritu Santo que tome control de su mente, corazón y vida diaria. Jesús dice, Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido" (Apocalipsis 2:5).

Esto nos afirma que la Biblia claramente enseña que la verdadera regeneración espiritual nunca se puede perder. Somos sus hijos para siempre. Una vez que somos sus hijos por el nuevo nacimiento, siempre seremos sus hijos. Sin embargo podemos perder nuestra comunión con Dios y nuestra eficacia en el servicio cristiano. El Dios de toda gracia nos ha provisto de limpieza; usémosla  más a menudo (1 Juan 1:6-10; 2:2).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin