La Biblia es la palabra perfectamente inspirada de Dios. La Palabra escrita declara la revelación de sí mismo de Dios en Su encarnación en su Hijo, Jesucristo. Toda la Escritura, tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento, es un testimonio claro de Jesucristo. La Biblia no es solamente un registro de la revelación de Dios, pero esta es la revelación de sí misma, y es un testigo infalible de Dios a los hombres.

"Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre" (Isa. 40:8). No hay nada como la Palabra duradera de Dios.

Por eso es tan importante para nosotros examinar la Palabra de Dios y procurar entenderla y la autoridad en la vida del creyente. Nuestra fe es definida por la Palabra de Dios, y no puede haber ninguna verdadera fe de salvación sin la Palabra de Dios.

El apóstol Pablo escribió, "la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él" (Romanos 3:22). ¿Creer en qué? Nuestra fe debe de descansar en Jesucristo y en Su trabajo de expiación. Nuestra fe debe de residir en Jesucristo.

Calvin escribió, "Hay una relación permanente entre la fe y la Palabra. Quite la Palabra y ninguna fe allí permanecerá."

La Palabra de Dios también hace algo. Aparte de la palabra de Dios estamos muertos en nuestros  delitos y pecados. Somos como nos comparó Whitfield  con el cuerpo de Lázaro muerto en su tumba antes de que Jesús llegara. Marta le dijo a Jesús, "Señor, él ha estado muerto cuatro días y él hiede." ¿Qué nos despertará de nuestra muerte espiritual? "¡ Lázaro ven fuera!" Él nos  dice en su Palabra, "¡Wil, ven fuera!" Y la Palabra de Dios despertó en mí la verdad de mi pecado y la obra de salvación de Jesucristo.

¿Lo ha oído llamar a su nombre? Sólo  el llamamiento de la Palabra viva de Dios puede producir nueva vida. ¿Pero dónde podemos oír  ese llamado? No en las palabras de los hombres o las mujeres o en un gurú religioso. Usted no lo encontrará en el humanismo secular, la psicología o la autoayuda de los predicadores. El único lugar en que podemos oír a Dios llamándonos fuera de la muerte es en los pasajes de la Biblia, donde Dios habla.

El apóstol Pedro escribió, "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro 1:23). ¿Por qué esto es tan importante? "La Palabra del SEÑOR  permanece para siempre" (1 Ped. 1:25; Isa. 40:8). Las opiniones de los hombres, incluyendo la mía, perecerán.  Asegurémonos que nuestra fe está centrada en la persona de Jesucristo como  lo revela en la Biblia. Todo lo demás se quemará un día.

El apóstol Pablo afirmó, "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17).

Nuestra convicción es que la Biblia, la Palabra de Dios, es inspirada por Dios (2 Tim. 3:16). Fue escrita por hombres divinamente inspirados y es la revelación de Dios de sí mismo a los hombres. Es, sin  error, porque es inspirada por Dios. Dios es su autor y el Espíritu Santo moviéndose sobre las mentes de aquellos  que Él escogió para registrar la revelación permanente de Dios asegurando que esto es totalmente verdadero y perfectamente confiable. Es por eso que la Biblia está en constante agresión por los humanistas seculares.

Además, la fe del cristiano se fortalece y se sostiene por la Biblia. La Biblia está llena de promesas, advertencias, correcciones, y  para redargüir al creyente (2 Tim. 3:16). Para que  nosotros moremos en Cristo debemos de saturar nuestras mentes con la Palabra de Dios. A medida que la estudiamos, la meditamos,  y memorizamos la Palabra, esta  mora en nuestros corazones y aprendemos a pensar y actuar de la Biblia. El Espíritu Santo usa Su Palabra para conformarnos a la semejanza de Cristo. Si usted  no lo está haciendo por favor haga un compromiso de leer la Biblia diariamente.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin