¿Alguna vez ha pensado como sería si usted no puede morir?  Que terrible sería si su cuerpo se ha consumido con una terrible enfermedad y usted no puede morir. He llevado a cabo muchos funerales cuando los  familiares de mala gana han dicho fue mejor que haya fallecido porque él no va a sufrir más.

Por otro lado, Francis Bacon hizo eco de la actitud de muchos cuando dijo, "los hombres temen a la muerte como los niños temen a lo oscuro." Aparte de una íntima relación de amor con Jesucristo ningún hombre está preparado para su encuentro con la muerte.

Además, la muerte para el creyente en Cristo es presentada en la Biblia como una mejora con respecto a lo mejor en esta vida.  Que maravilloso sería si Jesús vino por nosotros en el mejor día que esta vida podría ofrecer cuando todo va bien. Esto no sería una tragedia terrible. La vida del apóstol Pablo fue llena y él pudo escribir, "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia" (Filipenses 1:21).

Pablo no dijo que su muerte sería "mucho mejor" porque  quería escapar de esta vida. La muerte de un Cristiano nunca es  descrita como un escape o la mejora sobre lo peor en esta vida.

El latido del corazón de la vida de Pablo era Cristo. "Para mí el vivir es Cristo y el morir es aún mejor." Cristo era todo para Él.

H. C. G. Moule con  perspicacia penetrante dijo, "La Vida y la muerte...  miran hacia él  como dos inmensas bendiciones, de las cuales él sabe cuál es la mejor. De ambos lados del velo, Jesucristo es todas las cosas para él." La única diferencia será que "en el otro lado" todo lo que Pablo anhelaba en esta vida en Cristo"  será realizado perfectamente allí.

El deseo del apóstol era "de partir" y estar con Cristo. Él había probado los deleites  de la justicia de Dios y había añorado por la libertad del mal que él nunca tendría en esta vida sobre la tierra. Él conocería la perfecta libertad.

Para el cristiano la muerte será la libertad de todo el pecado, el dolor, el sufrimiento, la persecución, las preocupaciones, etc.

Estoy seguro que el apóstol Pablo tenía en mente que esta libertad significaría que finalmente él se parecería a Cristo en Su justicia perfecta (2 Tim. 4:8). ¡Coronado con Su justicia! Esta no es nuestra propia pretensión moral, pero nuestra ropa de justicia que Cristo atribuye a nosotros  (2 Cor. 5:21).

Le conoceremos  como  él es conocido. Cada verdad espiritual que nos ha desconcertado en esta vida será claramente revelada en Cristo. En aquel día  le conoceremos como él es conocido (1 Cor. 13:12).

Pero el pensamiento bendito, el más precioso de todos es que estaremos con él. Cada  creyente nacido de nuevo estará con Cristo. ¡Sí, lo conocemos y él está con nosotros en nuestra vida presente, la plenitud de nuestro conocimiento de él y su maravillosa, gloriosa presencia cuándo estamos con él vestidos y coronados con su justicia!

El Salmista dijo, "Estimada es a los ojos de Jehová la muerte, de sus santos" (Salmo 116:15).

Para el incrédulo la muerte es una separación eterna de un Dios justo y amoroso. Esto es algo para tener miedo y terror. Sin embargo, para el creyente la muerte es justamente lo opuesto; es algo precioso para el creyente tal como lo es para Dios. No habrá ninguna separación de él.

Moule lo dice bien. Para Pablo esto era un dilema "entre Cristo y Cristo, mucho de Cristo y más de Cristo, Cristo por fe y Cristo por vista." Y este es nuestro dilema, también.

¿Mientras lee estas palabras  son verdad para usted? ¿Anhelas ser como Cristo? ¿Usted anhela verle a Él en toda Su gloria? ¿Usted sinceramente desea ser perfecto como él es perfecto?

El apóstol Juan dijo, "Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es" (1 Juan 3:3). 

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin