¿Cómo puede una persona agradar a Dios?

"Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6).

Podemos afirmar la misma verdad, respondiendo a la pregunta, ¿cómo puede el hombre agradar a Dios? El autor de la epístola a los Hebreos en el capítulo once da una lista de personas que fueron del agrado de Dios.

"Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín. . . " (v. 4).

"Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios, y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios" (v. 5).

"Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparo el arca en que su casa se salvase" (v. 7).

"Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia, y salió, sin saber a dónde iba" (v. 8).

"Por la fe, vivió como un extranjero en la tierra de la promesa. . . porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios " (v. 9-10).

"Por la fe, incluso Sara. . . porque creyó que era fiel quien lo había prometido " (v. 11).

"Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac. . . pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde en sentido figurado, también le volvió a recibir de vuelta" (v. 17, 19).

"Por la fe Isaac. . . . Por la fe Jacob. . . . Por la fe José. . . . Por la fe Moisés. . . . Teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los Egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón" (v. 24, 26).

La lista es interminable de los hombres y mujeres que complacieron a Dios, "que por fe conquistaron reinos, realizaron actos de justicia, alcanzaron promesas, cerraron la boca de los leones, apagaron fuegos impetuosos, escaparon del filo de la espada, de la debilidad se hicieron fuertes, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga a los ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección, más  otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener una mejor resurrección, y otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles" (v. 33-36).

Y había un precio que pagaron por su fidelidad. "Ellos fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, fueron muertos a filo de espada. . . " (v. 37).

El escritor de Hebreos nos dice que era común entre ellos, fue que, "Todos murieron en la fe, sin recibir las promesas. . . " (v. 13). "Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros" (v. 39-40).

Los dos últimos versos son absolutamente asombrosos. Todos ellos obtuvieron un testimonio "a través de su fe", pero "no han recibido lo prometido (literalmente, la promesa)." La razón de que no la recibieron fue "porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.

¿Qué fue "prometido"? Jesucristo, ¡el Mesías! Eso es de lo que todo el libro de Hebreos se ha tratado. Todos miraron hacia adelante por la fe a la venida de Jesucristo. Miramos hacia atrás sobre él por la fe. Los que caminaban por la fe y agradaron a Dios, recibieron el cumplimiento de sus promesas "en la plenitud de los tiempos", cuando Dios proveyó a su Hijo (Gálatas 4:4-6).

La Fe que complace a Dios está conectada a Cristo. Se trata de una unión vital con Cristo. ¿Tienes fe en Él? ¿Has venido a él, diciendo: "Nada en mi mano traigo, simplemente a la cruz me aferro"?

¿Cómo una persona puede agradar a Dios? Sólo hay una manera. Sólo la fe en Jesucristo salva. "Nadie sino Jesús puede hacer el bien a los pecadores desamparados".

La esencia misma de la fe verdadera es apoyada en Jesucristo. Se trata de una confianza personal en Su muerte redentora que salva. El hecho de saber que Cristo murió por los pecadores, no te salvará. No es suficiente sólo saber que Jesús Cristo es el Salvador. Seré salvo por creer que Jesucristo murió por mis pecados. Jesús es mi refugio, mi confianza, Él es mi Salvador. Me aferro en la promesa de la Palabra de Dios que todos los que le invocan para la salvación serán salvos. Le salvara creer, confiar en Jesucristo como su Salvador. La manera de agradar a Dios es simplemente creer en Jesucristo. ¿Tienes fe en Él? ¿Usted cree en Jesucristo con todo su corazón? ¿Tiene usted la fe que salva?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin