Si la gracia de Dios, de repente fuera quitada de ti, ¿qué serías? Si Dios eliminara todas las restricciones de su amor y gracia, ¿qué harías?

Judas, en los dos últimos versos de su epístola postal, expreso nuestra necesidad de preservar la claridad. "Y a Aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén" (Judas 24-25).

Es imposible vivir la vida cristiana sin tener el amor de Dios. "Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna" (v. 21). Él es capaz, si estamos dispuestos!

Los verdaderos creyentes son "conservados" y no se pueden perder. Sin embargo, existe el peligro de nuestros tropiezos o desvíos en las caminatas diarias. Podemos perder nuestra comunión, pero no nuestra filiación. Si persistimos en nuestra desobediencia, el Espíritu Santo nos purifica y nos lleva a la comunión con Dios. Dios en Su gracia soberana ha elegido y ha salvado a algunos de los más grandes pecadores que han caminado sobre la faz de la tierra. El ha tendido la mano y ha limpiado algunos de los más viles pecados jamás cometidos, y todavía lo está haciendo y continuará hasta que Jesús regrese.

El Señor Dios será glorificado por toda la eternidad por esa gran cantidad de personas que son los trofeos de la gracia de Dios. "Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él" (Efesios 1:4). Hemos sido adoptados y puestos en la familia de Dios "para la alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado "(v. 6). Toda nuestra vida es para que sea vivida "para alabanza de su gloria. "

Spurgeon observó: "Un millar de cristianos apenas pueden hacer tal honor a sus Jefes así como un hipócrita puede hacer deshonra a él. Si alguna vez ha probado que el Señor es clemente, ore para que su pie no resbale. Sería infinitamente mejor enterrarle en la tierra que verle a usted enterrado en el pecado. "

Cuando Jesús vuelva en gloria con aquellos santos que se fueron al cielo antes que nosotros, Ellos serán vestidos en la justicia de Cristo, para alabanza de la gloria de Dios. Cristo "se presentará a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha" (Efesios 5:27).

La petición constante en las epístolas del Nuevo Testamento es para que el creyente persevere en la oración, "para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha  en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo" (Filipenses 2:15).

Para permanecer fieles debemos vivir y andar como en la vista de Dios. Cada creyente nacido de nuevo debe dar gran atención a la perseverancia. "Dar toda la diligencia para hacer de su vocación y elección."

Aquellos individuos quien Jesucristo ha tomado en la unión vital con Él, estarán con él donde Él es por toda la eternidad.

Una fe sencilla nos lleva a la unión vital con Cristo. Jesucristo mantiene viva la fe del recién nacido, y que la fe nos permite perseverar y entrar al cielo. "¿Cuál es el valor de la unión con Cristo, si la unión no asegura la salvación?" Spurgeon preguntó. Dios hace que todo su pueblo elegido persevere hasta el fin.

Judas nos enseña que no hay ninguno tan malo como aquellos que una vez parecieron ser buenos. Ellos son como la sal que ha perdido su carácter. Es bueno para nada.

La persona que ha sido verdaderamente salva perseverará. Él ha sacado frutos de la gracia a través del trabajo interno del Espíritu Santo. La perseverancia es la insignia del verdadero hijo de Dios.

La sangre de Jesús nunca perderá su poder para limpiar todos los que invocan su nombre.

El Don de gracia salva al pecador humilde quien creerá en Jesucristo. Pero no sólo salva, nos mantiene guardados. El camino de salvación es simplemente confiar en Cristo. No hay nada que el pecador pueda hacer, grandes o pequeñas, porque Jesucristo lo ha hecho todo para todos los que creen en él.

Todo lo que un Dios justo y recto debe a alguno de nosotros es el castigo en el infierno, pero Dios en su soberana, gracia salvadora ha elegido llegar hasta nosotros en nuestro pecado y pobreza espiritual y nos salvará. "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo."

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin