La obra de Jesucristo como Salvador es el tema destacado en la Biblia. Él es la simiente prometida de la mujer que va a vencer a Satanás (Gén. 3:15). Él es el Siervo de Yahvé, que prometió que llevaría los pecados de todo el mundo (Isaías. 53:4-6; Juan 1:24). Como el Salvador Jesucristo murió en la cruz y sufrió el juicio del pecado del mundo entero (1 Cor. 15:3-4; 2 Cor. 5:19-21; 1 Ped. 1:18-19; Juan 2:2; Apocalipsis 1:5).

La muerte sustituta expiatoria de Jesucristo en la cruz es la garantía absoluta de la salvación del creyente (Romanos 8:34). El todo-suficiente, la sangre del sacrificio de Jesucristo ha sido derramada, y es por esa sangre que Dios ha sido propicio (1 Juan 2:2). Él llevo nuestro castigo por nuestros pecados en el madero (1 Ped. 2:24; 3:18)

La resurrección de Jesucristo es el sello de Dios sobre la muerte de Jesús, que garantiza la resurrección de los creyentes y la vida eterna (Juan 3:16; 10:28). La resurrección de Jesús demuestra que Su obra sustituta en la cruz es infinitamente perfecta en toda su suficiencia.

La oferta de la salvación es para todos los que se arrepienten y creen en Jesucristo. "Es una declaración de confianza, mereciendo una completa aceptación, de que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero" (1 Timoteo 1:15). Es Su deseo de que todas las personas crean en Jesucristo y sean salvos. "El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4). La salvación no es universal, ni automática. Todas las religiones no conducen al mismo lugar. La salvación viene sólo cuando ponemos nuestra confianza en Jesucristo. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:5-6a) "Y  en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12)

Sólo la persona que invoque el nombre de Jesús será salvo (Hechos 2:21). "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo" (Romanos 10:13).

La salvación nos viene por la gracia mediante la fe en Jesucristo. "Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos..." (Hechos 15:11). "Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)" (Efesios 2:5). Y luego de expresar su punto con suma claridad el apóstol Pablo escribió: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).

Dios nos salva, no en virtud de nuestras obras, sino en virtud de la obra redentora de Jesucristo, en nombre del pecador (2 Tim. 1:9). La Biblia enfatiza claramente más allá de toda duda que cada persona no merece ni puede ganar la salvación. La salvación depende solamente de la gracia de Dios. Es el don gratuito de Dios a los hombres y mujeres de todo el mundo. Es dado en misericordia por amor, y es totalmente inmerecida. Aunque la salvación es un don gratuito, una persona la recibe por fe. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios" (Efesios 2:8). No, la fe no es una obra. La fe no es algo que usted se mentaliza. La fe significa aceptar a Jesucristo en Su palabra. "Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16:31). La salvación es un regalo gratuito para usted y recibido como cualquier otro regalo con nuestras manos vacías. ¿Creerá usted en Jesucristo y recibirá Su regalo gratuito ahora? "Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación" (Romanos 10:10).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin