Bill Bright dijo, "El éxito de la testificación es simplemente compartir a Cristo en el poder del Espíritu Santo y dejando los resultados a Dios."

Jesús prometió a todos Sus discípulos la presencia del Espíritu Santo para ser testigos efectivos. "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8) Y “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas" (Hechos 2:41). Eso es lo que sucede cuando un predicador está predicando hasta que desborda.

Hay una dulce fragancia acerca del nombre de Jesús y los que emiten las cualidades distintivas de lo que significa ese nombre. Él "manifiesta a través de nosotros el dulce aroma del conocimiento de Él en cada lugar. Porque somos una fragancia de Cristo a Dios, entre los que se salvan. . . " (2 Cor. 2:14-15).

Eso es lo que debe suceder en la vida cotidiana de los seguidores de Jesucristo. El impacto de las vidas de los creyentes perseguidos que huyeron de Jerusalén y fueron a Antioquia era "la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor" (Hechos 11:21). No sabemos quién fue el primer evangelista que predico en Antioquia, la ciudad más grande del mundo junto a Roma y Alejandro.

Sin embargo, sabemos que la iglesia de Jerusalén se enteró de lo que Dios estaba haciendo en Antioquia y enviaron a Bernabé que "Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor" (vv. 23-24).

En todas partes que los creyentes iban hablaban de Jesucristo. Ellos llevaban consigo la dulce fragancia de Cristo: el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio, etc.

El nombre de Jesucristo fue continuamente glorificado, y el resultado fue que "los discípulos fueron llamados cristianos en Antioquia" (v. 26).

Nuestro trabajo no está terminado hasta que no hayamos ido a todas las tribus y aldeas predicando la buenas nuevas de Cristo. Dios el Espíritu Santo nos ha equipado a ser testigos tal como lo hizo la Iglesia primitiva en Hechos. Su vida, su pasión fue Cristo y así también debemos ser nosotros.

C. T. Studd dijo con pasión: "Si Jesucristo es Dios y murió por mí, entonces no hay sacrificio que pueda hacer por Él que sea demasiado grande".

¿Ha encontrado la "Perla de Gran Precio"? Entonces déselo  a los pobres, hambrientos y sedientos que anhelan conocer a nuestro Señor y Salvador.

El corazón misionero es parte del fruto del Espíritu de Dios.

El Espíritu Santo es el Espíritu de las misiones. Él es el que llama y envía hombres y mujeres que serán fieles testigos del Evangelio salvador de Jesucristo. Él encuentra personas con un corazón misionero y dice, "Sepárenme a Bernabé y Saulo." Sepárenme a Will y Ann. Ellos ayunaron y oraron y pidieron al Espíritu para que les diera orientación y así lo hizo. La voluntad de Dios es siempre la mejor.

¿Usted tiembla ante Dios por los millones que nunca han escuchado el nombre de Jesús? ¿Existe el llamamiento de Dios para predicar el evangelio y dejar claro a aquellos que nunca han entendido que Jesús lo pagó todo en el Calvario? ¿Es Jesús la pasión dominante de su vida? ¿Ardes por Él? ¿Tienes el fuego de Dios en tu alma?

Guarda el fuego sagrado. "Seréis mis testigos." Usted es Su barco escogido y Él ha elegido un lugar para que usted trabaje. El Espíritu de las misiones hace muy claro en dónde Él quiere que usted sirva y lo que Él quiere que usted haga en el reino de Dios.

Dios tuvo un sólo Hijo y lo envió como Su misión a un mundo perdido (Juan 20:21). Él le dice a usted y a mí, "Así también yo os envío."

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin