Nosotros vivimos en tiempos en que todo el mundo insiste en sus derechos personales. Los tribunales están llenos de personas que sienten que sus "derechos" se han infringido gravemente. Es el tema en la oficina de cada abogado. "Ustedes tienen sus derechos", es lo que las carteleras de la carretera muestra a los pasajeros que pasan.

Mientras pastoreo en los EE.UU., he recibido muy a menudo llamadas telefónicas de abogados diciendo que eran "abogados cristianos" que velan por los "derechos" de los pastores y si alguna vez necesitaba un abogado ellos estaban disponibles.

Ese es el triste estado de las cosas en el mundo en que vivimos.

Sin embargo, Jesús dijo que los que sirven no tienen derechos. Lea cuidadosamente sus palabras a los que serían seguidores:

o       "Cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:39).

o       "Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa:” (v.40).

o       "Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos" (v. 41).

o       "Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses." (v. 42).

¿Alguna vez has visto esto publicado en un despacho de abogados?

Los cristianos no tienen derecho a las represalias, "desquitarse" de su propio tiempo, dinero, etc.

¿Cómo puede ser esto?

Nosotros somos administradores de los bienes de Dios. El es dueño de todo, y pertenecemos a Él.

El apóstol Pablo recuerda a los miembros de una iglesia que se apresuró a entrar en pleitos, "Habéis sido comprados a un precio" (1 Cor. 6:20; 7:23).

Incluso la forma en que usamos nuestro cuerpo es estar en conformidad con la perfecta voluntad de Dios (1 Cor. 3:16-17; 6:17-20; 7:23-24; 2 Cor. 6:14-18).

Si es extraño, cuando escuchamos a las mujeres que dicen: "Es mi cuerpo, puedo hacer con él lo que quiera".

Es difícil renunciar a nuestros derechos humanos. Renunciamos a ellos con el fin de ejercer un mayor propósito. El apóstol Pablo dijo, "Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número" (1 Cor. 9:16). Podemos resumir su filosofía de la libertad en sus palabras en el versículo veintidós. "Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos." Pablo no quería que nada se interpusiera en el camino al predicar el Evangelio de Jesucristo.

¿Cuáles son los "derechos" del siervo de Cristo? Cuando renunciamos a nuestra propia percepción de los derechos, Dios se hace cargo y opera de acuerdo a Sus derechos.

"No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal" (Romanos 12:19-21).

Hay un gran alivio al saber que no tenemos que rebajarnos a "ojo por ojo, odio por  odio", y "diente por diente".

Es fácil convertirse en esclavos de las personas y las cosas. "El que muere con más juguetes gana". ¿O no?

Una mejor manera es darse cuenta de que todo lo que tenemos viene de las manos amorosas de un Dios misericordioso. Recibimos  al dar, y ganamos al perder. ¿Cómo puedo usar lo que me ha confiado de la mejor manera posible para traer honor y gloria a Su nombre?

Hablando del reino del Padre, Jesús dijo: "Mas buscad primeramente Su reino y Su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33). En el contexto, Jesús está hablando de todas esas cosas por las cuales la gente pelea.

Jesús dio el ejemplo para cada siervo. El "cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:22-24).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin