¿Tienes la Mente de Cristo?

 “¿Tienes la mente de Cristo?”

¿Veo la belleza de una vida santa como Jesús la vio?  ¿Veo la gente perdida a través de Sus ojos?  ¿Entiendo el propósito eterno de Dios con la misma convicción que tenía Jesús?

El apóstol Pablo dijo, “Tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).  ¿Cuáles son las implicaciones de tener esa mente?

En contraste con la falsa “sabiduría” pagana, Pablo expone la sabiduría de Dios, "que se encuentra en la justicia y la santificación y la sabiduría de Dios en Cristo. Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios." Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.    

 En la sabiduría magnífica de Dios, Él ha estado "muy complacido por la locura del mensaje predicado para salvar a los creyentes", y el mensaje predicado es "Cristo crucificado".

La persona no regenerada, que vive su vida como si no hay nada más allá de lo físico "no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (1 Corintios 2:14).

En contraste Pablo dice que el creyente en Cristo no ha “recibido” el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido" (v. 12).

Nosotros tenemos la mente de Cristo, porque tenemos el Espíritu Santo morando en nosotros. Por lo tanto, ya que somos nuevas criaturas en Cristo, nuestro hábito de la actividad mental debe ser como la de Cristo.

El apóstol Pablo utiliza la palabra "mente" que significa el ejercicio de la mente, incluyendo nuestras respuestas emocionales y espirituales que crean la actividad. Se refiere a la comprensión, la inteligencia, y la presencia mental. Es todo el conocimiento de Cristo, incluyendo las emociones y voluntades sobre la base de pensamiento.

Tal vez Juan 17 revela la mente de Cristo en su rara belleza. "Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: "Padre, la hora ha llegado, glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti, como le has dado  potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste" (Juan 17:1-2). Esa es la pasión de Dios encarnado. Él vino a revelar al Padre y dar vida eterna a todos los que creen en Él. En la mente de Cristo, somos conscientes de la cruz. Sólo entonces la pasión de nuestra predicación será "Cristo crucificado". "Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado" (1 Corintios 2:2).

La mente de Cristo se revela en la cruz. En la mente de Cristo, vemos "la belleza de la santidad." Cristo vino a revelar la santidad del Padre y la pecaminosidad del pecado. La cruz de Jesús expone nuestros pecados, y estamos condenados ante un Dios justo. La cruz revela la mente de nuestro Salvador, que no conoció pecado, y se hizo tan identificado con nosotros, que se dio a sí mismo como el sacrificio expiatorio en nuestro nombre. La mente de Cristo revela una actitud de auto vaciamiento y humildad tan profunda que Él  se vaciaría a sí mismo "tomando forma de siervo y haciéndose semejante a los hombres" y darse a sí mismo en rescate por el pecado. "y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2:8).

Jesús vio todo en relación permanente con Su Padre. Él vio todo el universo en relación con el Padre y por eso dio su vida en obediencia a Él. La pasión maestra de Cristo Jesús, fue glorificar a su Padre para salvar al hombre pecador.

"Tenemos la mente de Cristo" cuando vemos al Padre en toda Su santidad. "Tenemos la mente de Cristo", cuando pecamos, se rompe el corazón de un Dios santo y justo. Nosotros tenemos la mente del Salvador cuando comprendemos que el castigo por el pecado debe ser pagado en su totalidad por un ser divino, el sustituto libre de pecado. "Tenemos la mente de Cristo" cuando sentimos la pasión de Su alma en la sumisión a la voluntad de Dios, aun hasta la muerte.

Si tengo la mente de Cristo, puedo ver la belleza infinita de la santidad como Él lo vio cuando él me vistió con la túnica de Su justicia perfecta. "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2 Corintios 5:21).

¿Tengo la misma pasión de ver a los perdidos como Él los vio? Si tengo la mente de Cristo, yo derramaré mi vida en sacrificio obediente, creeré y confiaré en Él.

Escucha mi oración, Oh Dios.  Te doy mi mente; déjame pensar de la manera que Cristo piensa. Ayúdame a tomar las decisiones de la manera que Tú elijas. Quiero hacer lo que Tú harías y sentir como Tú sientes.  Ayúdame a obedecerte—aun hasta la muerte.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin