"La paga del pecado es la muerte." Estas son palabras sorprendentes.

El único pago que el pecado paga resulta en la muerte espiritual y eterna.

La paga del pecado es la muerte espiritual. Eso significa que los ojos espirituales que no pueden ver a Dios, los oídos espirituales que no pueden oír Su voz.  Esto significa un corazón espiritual que se ha endurecido a Dios y no puede responder al sacrificio expiatorio de Su Hijo.

"Muertos en vuestros delitos y pecados" es la forma en que el apóstol Pablo describe nuestro problema en Efesios 2:1.

El mayor horror es que la muerte espiritual conduce a la muerte eterna, separados de Dios en el infierno, o lo que la Biblia llama la "muerte segunda."

Para morir la "muerte segunda" es acabar con toda posibilidad de alguna vez recibir el regalo de Dios de la vida eterna y es el final en el pecado.

El profeta Ezequiel dijo, "El alma que pecare, esa morirá" (Ezequiel 18:4, 18, 20).

No culpes a Dios. Solamente tú mismo tienes la culpa. "Porque no quiero la muerte del que muere", dice Jehová el Señor "Por lo tanto, convertíos, pues, y viviréis" (v.32).

Esa es la oferta que Dios da a todo el mundo. "La paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23).

“¡Qué contraste glorioso en esta frase: la paga… el pecado… la muerte… el don gratuito de Dios… la vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor!"

Esas son las dos únicas opciones en la vida. O bien optamos por el pecado y recibimos el pago completo de la muerte, o podemos optar por poner nuestra confianza en Jesucristo y vivir. Si la oferta es la "vida eterna", lo contrario es la "muerte" eterna, y la  eternidad permanente de separación eterna de Dios en el infierno.

"En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi Evangelio" (Romanos 2:16).

"Su benignidad te guía al arrepentimiento" (v. 4). Pero cuando usted se niega a arrepentirse y creer en Jesucristo, "pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras" (vv. 5-6).

Incluso el amoroso y bondadoso Jesucristo dejó muy en claro que todas las personas algún día estarán delante de Dios y darán cuentas (Mateo 5:29-30; 10:28; 11:22-24; 12:36-37, 41-42; 13:40-42, 49-50; 16:27; 18:1-10; 23:15, 33, etc.)

En el juicio final, Dios tendrá en cuenta nuestras respuestas a Jesucristo y las oportunidades que hemos tenido de escuchar el evangelio y creer en Cristo. Hay grados de castigo. Jesús dejó esto claro en Mateo 11:20-24. La incredulidad es el pecado más grande. Negarse a arrepentirse y volver a Jesucristo en la fe es mucho peor que los pecados de los notoriamente malos.

¿Qué has decidido hacer con Jesucristo? Dios no te debe la salvación. De su corazón misericordioso y amoroso, Él envió a su Hijo Jesucristo para ir a la cruz y morir por tus pecados. Sí, "La paga del pecado es muerte", y Jesús murió  tu muerte en la cruz.

La única cosa que Dios nos debe es Su justicia justa, y vamos a recibir esa justicia, si nos negamos a creer en Jesucristo como nuestro sustituto, quien pagó el precio de nuestra salvación al morir en nuestro lugar.

Nuestra única esperanza de salvación es creer en Jesucristo. Sí, "La paga del pecado es muerte", pero Dios en Su gran misericordia, te ofrece Su justicia en Jesucristo. "El don gratuito de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro."

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin