Uno de los libros más ameno que he leído fue Sorprendido por el Gozo en la que el brillante erudito de Cambridge C. S. Lewis cuenta cómo el "Hound of Heaven" lo persiguió y lo llevó a arrodillarse y rendirse a Cristo Jesús.

 “Yo iba hasta Headington Hill en la parte superior de un autobús. Sin palabras y (creo), casi sin imágenes, un hecho sobre mí mismo de alguna manera me fue presentado. Me di cuenta de que tenía algo en la bahía, o en el paso de cerrar algo. O, si usted quiere, yo llevaba algo de ropa rígida, como un corsé, o incluso una armadura, como si yo fuera una langosta. Me sentí allí y luego se da una libre elección. Podría abrir la puerta o mantenerla cerrada, podía soltar la hebilla de la armadura o mantenerla así. Ninguna elección se presentó como un deber, amenaza o promesa fue atribuida a ninguno, aunque sabía que para abrir la puerta, o para quitarse el corsé significó lo incalculable. La elección parece ser trascendental pero también extrañamente no impresionable. Fui conmovió por el deseo o el miedo. En cierto sentido, no fui conmovido por nada. Elegí  abrir, soltar la hebilla, para aflojar las riendas. Yo digo, 'yo elegí, sin embargo, realmente no parece posible hacer lo contrario.”

Un poco más tarde en su habitación en el Magdalene College de Cambridge, Inglaterra, él hizo un compromiso personal final a Jesucristo. "En el término de la Trinidad de 1929, se dio por vencido y admitió que Dios es Dios y se arrodilló y oró: tal vez esa noche el más abatido y reacio convertido en toda Inglaterra" (Sorprendido por el Gozo, pp. 224, 228-29).

Jesús dijo: "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados" (Mateo 5:6).

Jesús usó una palabra fuerte para "satisfecho” que significa "completamente satisfecho", como cuando la alimentación del ganado está satisfecho después del pastoreo en una bella pradera exuberante.

¿Tiene usted esa satisfacción que proviene de una íntima relación personal con Jesucristo?

Es el resultado de un hambre y sed espiritual que sólo Dios puede satisfacer cuando nos sometemos a Él.

¿Llevas una pesada carga que te agobia? ¿Ha crecido cansado de la lucha contra Dios? Él está dispuesto a darle Su perfecto descanso si vienes a Él y te unes con Él. Cuando te sometes a Jesucristo encuentras descanso para tu alma, como hizo Lewis.

¿Estás agobiado por una pesada carga de ansiedad? Cristo te invita a humillarte "bajo la poderosa mano de Dios. . . Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:6-7).

No hay mayor satisfacción espiritual, la paz interior y el gozo que el que se encuentra en una relación íntima, personal de amor con Dios a través de Jesucristo.

¿Ha entrado en esa relación personal con Él? Admitir a Él su necesidad y pedirle que sea su Salvador. "Señor, te confieso mi necesidad de que seas mi Salvador. Soy un rebelde de corazón y quiero que me perdones de mis extraviados caminos pecaminosos y la incredulidad. Le pido que me perdone y me limpie de todos mis pecados. Creo que Jesucristo murió por mis pecados y resucitó de los muertos, y yo quiero que sea mi Salvador y Señor, el día de hoy. "

"El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17). ¿Quieres venir hoy y beber libremente el agua de vida y ser satisfecho?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin