En la sabiduría de Dios, el plan de salvación se cumplió plenamente por la crucifixión de Jesucristo. Tal sabiduría  se oculta de los sabios y entendidos del mundo, pero se reveló al creyente humilde de Cristo.

Solamente Cristo personificó la sabiduría de Dios. "Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor" (1 Corintios 1:30-31, RV 1960).

Cristo es nuestra redención. A partir del momento en que nosotros ponemos nuestra fe en Jesucristo solo para salvarnos, nosotros fuimos "sellados para el día de la redención" (Efe. 4:30). Ya tenemos " las primicias del Espíritu" nosotros esperamos la redención de nuestro cuerpo (Rom. 8:23).

La sabiduría  avergüenza a la gente alta y poderosa del mundo. La gente sabia no puede entender como la gracia de Dios en Jesucristo cambia a pecadores en santos. La gente poderosa del mundo ve la gracia de Dios como insensatez y debilidad (1 Cor. 1:25-29).  

Dios en Su gracia cambia las vidas  cuando ellos aceptan Su sabiduría y creen en Jesucristo como su Salvador.

La salvación debe ser toda la gracia de modo que sólo Él recibe toda la gloria. "Nosotros somos hechos justos, santos, y redimidos en Cristo Jesús. La redención viene aquí la última vez para  dar énfasis a través de la fundación misma de la justicia y la santificación," señala A. T. Robertson. Siendo "justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos 3:24). Dios ha rescatado poniendo en libertad a la persona esclavizada en el pecado.

Hay un sentido en el cual el creyente es redimido en el momento mismo en que él cree en Cristo como su Salvador. Pero también existe la mayor esperanza de que nuestra redención no será completa en su sentido más amplio hasta que la obra de Dios sea perfeccionado en él o ella.

Nosotros estamos ahora escondidos con Cristo en Dios y nuestra redención vendrá a la consumación cuando Cristo regrese en gloria (1 Tes. 4:17). En ese momento "traeremos también la imagen del celestial" (1 Cor. 15:49). Nosotros seremos glorificados con Él.

Sí, nuestra redención es nuestra posesión presente (Efe. 1:7; Col. 1:14). Nosotros disfrutamos del perdón de todos nuestros pecados, y nosotros tenemos la morada del Espíritu Santo, como las primicias y el pago al contado de grandes cosas por venir. La renovación completa y la recompensa de nuestra redención están aún por venir en el día postrero.

El fundamento y la base de estos grandes eventos es la muerte de Jesucristo como nuestro rescate (Marcos 10:45). Cristo vino "a dar su vida como rescate por muchos". El significado es que Jesús pagó el precio de un esclavo que es entonces puesto en libertad por el que lo compró. Jesús dio su propia vida como el precio para comprar la libertad de los esclavos del pecado.

Jesús sufrió la muerte vicaria en nombre de  muchos que han caído victima de la muerte. Su muerte fue el pago del rescate para redimirnos (1 Ped. 1:18-19). Cristo “quien se dio así mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad" (Tito 2:14).

La palabra "redención" aquí probablemente abarca la totalidad de la obra de Cristo para la salvación del pecador. Esta abarca rescatar al hombre del pecado y de Satanás por el pago de Cristo, y se extiende a la resurrección final del creyente y la glorificación. Este mira hacia atrás en la cruz a la sangre que compró nuestra libertad,  nuestra justificación (Rom. 3:24),  nuestra santificación (Hebreos 10:10), y esperamos nuestra resurrección y glorificación (Rom. 8:23; Efe. 1:14; 4:30).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin