Habacuc 2:4 presenta dos formas diferentes de vivir en un fuerte contraste. El camino de los impíos es la incredulidad y la desobediencia desafiante de la revelación de Dios. El otro es la fe en Dios y la obediencia a Su Palabra. Uno de ellos es sumiso a Dios, y el otro es incrédulo arrogante. Uno dice: "Yo no necesito a Dios. Puedo cuidar de mí mismo. "El otro dice: "Mas el justo por su fe vivirá".

El profeta escribió: "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá" (Habacuc 2:4).

El "orgulloso" se envanece,  se hincha de orgullo. La expresión Hebrea es figurativa de orgullo y la autosuficiencia arrogante.

Este es el fuerte contraste que el profeta está dibujando en el presente capítulo. Los malvados se envanecen y no tiene ningún deseo de hacer lo correcto a la vista de Dios. "Ensanchó como el Seol su alma, y es como la muerte, que no se saciará" (v. 5, RV). Seol o muerte en comparado con un apetito voraz que nunca pueden ser satisfechos.

La otra opción es vivir por fe la que nos mantiene, no sólo desde el momento en que nosotros confiamos primero en Él como nuestro Salvador, pero en cada momento de cada día de nuestras vidas. "Mas el justo por su fe vivirá".

Este versículo en Habacuc hace algunas preguntas importantes para los cristianos de hoy. ¿Quién es esta persona justa? ¿Cómo llegó a ser justo delante de Dios? ¿Cuál es la función de la fe en la vida de la persona justa? ¿Cómo vive usted ante un Dios santo?

Habacuc enfatiza, como lo hace el resto de la Biblia, que nosotros no somos justos. Somos injustos. Somos pecadores. Nosotros no podemos ganar la justicia delante de Dios porque estamos muertos en nuestros delitos y pecados. Nosotros no podemos ganar una relación correcta con Dios a través de buenas obras religiosas, oraciones, caridad, el ayuno, etc. "Pero el justo por su fe vivirá".

Ya que nadie puede alcanzar la bondad perfecta, ¿Cómo podemos nosotros presentarnos delante de Dios y ser aceptables a Él?

La persona justa o la persona recta a los ojos de Dios, ha cesado en sus propios esfuerzos para alcanzar esta posición correcta delante de Dios. Él se ha convertido a Jesucristo en cambio para la justicia que Dios da gratuitamente. Es el regalo de Dios para el pecador que cree en Jesucristo. Un cristiano es una persona que está confiando en Jesucristo para una posición correcta con Dios. Él o ella no es alguien tratando de ganar la salvación por las buenas obras, sino que ha recibido lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo Jesús. La base misma de nuestra vida cristiana no es lo que podemos hacer por Dios, pero lo que Él había hecho por nosotros en Jesucristo. Nuestra entrada en la vida cristiana no es por trabajo, pero por un nacimiento espiritual. Nosotros recibimos el  regalo de Dios por la gracia mediante la fe en Cristo Jesús. "El justo por su fe vivirá" (Romanos 1:16-17).

¿Qué es la fe salvadora? Es creer en Dios y actuar en esa creencia. La fe se expresa en la obediencia. Es la fe en acción. No es sólo un asentimiento mental, es confiar en el Señor Jesucristo como la persona que murió en nuestro lugar y darle la espalda a la incredulidad y seguirlo a Él. Es un compromiso que comienza en la fe  simple y continúa a través de tu vida.

El apóstol Pablo destacó en su carta a la iglesia de Galacia que nosotros somos salvos por la fe y luego procedemos a vivir por un principio diferente. Él advirtió, "El justo vivirá [continuamente] por su fe (Gálatas 3:11-12). Esta es la vida cotidiana de los cristianos y todos los días de su vida en la tierra. "El justo por su fe vivirá" La única manera de vivir la vida cristiana es "vivir por fe."

Martín Lutero pone esta gran verdad en sus propias palabras. "Antes de que estas palabras estallaran en mi mente, yo odié a Dios y estaba enojado con Él, porque no contento con miedo por nosotros, los pecadores, la ley y las miserias de la vida, Él aún más incremento nuestra tortura por el evangelio. Pero entonces, por el Espíritu de Dios, entiendo estas palabras - "!el justo por su fe vivirá!"!El justo por su fe vivirá! "Entonces sentí que nací de nuevo como un hombre nuevo, yo entró por las puertas abiertas en el  Paraíso mismo de Dios".

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin