Pentecostés lo cambió todo (Hechos 2).

Los discípulos de Jesucristo eran impotentes antes del día de Pentecostés. Y entonces las cosas cambiaron. Jesús prometió: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo" (Hechos 1:8). Esa fue Su promesa para cada creyente.

No hay necesidad para el cristiano ser impotente hoy. El bautismo del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue una experiencia climática, demostrativa, de una vez por todas en el Aposento Alto en Jerusalén. El bautismo del Espíritu Santo es el bautismo de los creyentes en Cristo por el cual él se convierte en un miembro del cuerpo de Cristo. El apóstol Pablo escribió: "Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo." A nosotros "se nos dio a beber de un mismo Espíritu" (1 Corintios 12:13). El "bautismo" no es un don especial de poder del Espíritu Santo para el servicio. Es Su trabajo de colocar la persona nacida de nuevo en el cuerpo de Cristo. Y ellos fueron llenos del Espíritu Santo.

Por lo tanto no hay ninguna razón para pasar un día sin el poder de Dios. La iglesia primitiva es una demostración del poder en la predicación y la vida diaria. Es la vida cristiana normal. "Un bautismo; mucha llenura".

Los primeros cristianos atacaron las ciudadelas del infierno y ganaron. Pero ellos nunca podían haberlo hecho sin la presencia del Espíritu Santo dentro de ellos. Ellos estaban bajo su control, guiados por el Espíritu, enseñados por el Espíritu, capacitados por el Espíritu, e iluminados por el Espíritu. Estos primeros creyentes fueron valientes, atrevidos, intrépidos, y sin desmayar en cada situación.

¿Qué pasó? ¿Por qué el cambio radical en la vida de los discípulos? Ellos estaban bajo el control del Espíritu de Dios y por esa simple razón ellos fueron llenos hasta rebosar. Su presencia hace la diferencia.

"Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos" (Hechos 4:33).

Si usted es un creyente nacido de nuevo en Cristo Jesús, usted no tiene que orar y esperar por el bautismo del Espíritu. Él ya le ha bautizado en el cuerpo de Cristo. Ríndase usted a Él. Hágase disponible a Él para hacer en y a través de usted Sus propósitos eternos.

Nosotros nunca deberíamos estar felices o satisfechos con estándares inferiores o algo menos que la vida cristiana. El gobierno y los líderes religiosos no podían callar a los discípulos. Ellos declararon, "porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído" (Hechos 4:20). Ellos fueron testigos vivientes  que hablaron con denuedo de Cristo Jesús.

"Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo" (Hechos 4:31). "Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos" (v. 33).

La predicación del Nuevo Testamento verdadero es la proclamación de la verdad a través de la personalidad en el poder del Espíritu Santo. Es el hombre controlado por Dios, que Él utiliza. Nosotros no necesitamos el diálogo y el entretenimiento, nosotros necesitamos a Cristo predicado en el poder de la presencia del Espíritu de Dios.

No existe una fórmula mágica o metodología. Ellos simplemente dijeron: Heme aquí. Ellos se hicieron disponibles a Él y obedecieron Su Palabra. Ellos necesitaron la llenura del Espíritu Santo, y Él se las dio. Cada creyente se hace un testigo de Jesucristo. La llenura del Espíritu Santo instantáneamente prepara todo para el ministerio espiritual.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin