Jesucristo es el mejor regalo que Dios nunca podría dar.

Dios amó tanto al pecador, al perdido, al mundo depravado que Él dio lo mejor.

¿Se imagina como sería rechazar lo que Dios considera que es Su mayor regalo?

El propósito de Dios al dar  Su regalo era salvar a los hombres, no condenarlos.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16, RV).

¿Quién se salvará? Sólo aquellos que creen en Cristo serán salvos.

¿Qué pasa con los que no creen? La Biblia nos dice que Cristo murió por los hombres. Pero eso no  trae automáticamente la salvación a nadie. Ninguna persona es salva a menos que él o ella crean en Cristo. Rechazar el regalo de Dios ya es ser juzgado.

¿Quién ya ha sido juzgado? "Pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo de Dios" (Juan 3:18). Los que no creen en Jesucristo ya son juzgados.

El propósito de Dios no era juzgar al mundo, a pesar de que era digno de juicio y condenación (Rom. 3:10-11; Isa. 53:6). Cada uno de nosotros está condenado ante el juicio de Dios, porque somos culpables. Hemos quebrantado su ley. Hemos rechazado la luz que Él nos ha dado.

El hombre ya está condenado a causa de su pecado. Nosotros ya estamos bajo la ira de Dios. El énfasis en el versículo 18 está en el continuo estado de la incredulidad que resulta en un estado permanente de condenación para los no creyentes.

La persona que se niega a creer ya está bajo la ira de Dios. ¿Ha creído en Jesús, o se ha negado a creer y todavía está en la categoría de quien es condenado por Dios?

En fuerte contraste Juan 3:18 dice: "El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios."

En realidad, hay sólo dos opciones. ¿Ha creído en Jesucristo? ¿Cree que es un pecador, condenado y bajo el juicio de Dios? ¿Cree que Jesucristo es un regalo de salvación de Dios y que Él murió por usted? ¿Usted le ha pedido que sea su Salvador?

La única otra opción es no hacer nada. Y si usted decide no hacer nada permanece bajo el juicio. "pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios". "Quien no cree ya está condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. "

No debemos dejar de comprender o hacer énfasis en una verdad bíblica importante que la salvación es para todos los que creen en Cristo Jesús, pero la condenación y la sentencia es sobre todos los que no creen en Él. Las consecuencias de dicha sentencia, dependen de la relación de cada individuo con Cristo Jesús (Juan 3:16-21; 5:24).

¿Quién será el juez? Dios todo el juicio dio a Cristo (Juan 5:22, 27). Él va a hablar de Cristo como a juzgar (Juan 5:30; 8:16, 26) o no juzgar (Juan 8:15, 16; 12:47), la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero (Juan 12:48). Su juicio es justo (Juan 5:30) y es verdadero (Juan 8:16).

Ya estamos bajo la condenación, porque somos pecadores. El pecado nos ha arruinado. Por otra parte, Juan 3:19 nos dice que estamos condenados porque en realidad preferimos el pecado a la luz de la justicia de Dios en Jesucristo. La "Luz" ha venido en la persona de Jesucristo, pero los hombres y las mujeres se han alejado de ella. Lo  esencial es que realmente no queremos lo que Dios quiere para nosotros hasta que el Espíritu Santo regenera nuestro corazón.

Lo que ahora los hombres y las mujeres hacen con Cristo Jesús determina lo que sucederá cuando se encuentran delante de Él en el día del juicio.

Debido a que el hombre pecador prefiere la oscuridad espiritual, si usted ama la luz, es sólo porque el Espíritu de la regeneración de Dios está obrando en su corazón. Usted puede salir de las tinieblas a la luz hoy, si  usted respondiera al poder de iluminación del Espíritu Santo y su presencia. Para todos los que creen en Cristo, la Palabra de Dios dice: "Ahora pues ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús" (Romanos 8:1).

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin