Jesús entró en la ciudad de Jerusalén, caminó en el área del templo, y minuciosamente miró por todas partes contemplando lo que Él ya sabía. Él observó todos los hechos ante Él.

Cuando Jesús miró a su alrededor, él midió todo por las normas divinas. Él vio todo a través de los ojos de Dios. Él nunca vio nada a través de los ojos del sistema mundial, la conveniencia o el egoísmo.

¿Qué vio Jesús ese día en el templo? Marcos nos dice en el capítulo once de su Evangelio que Jesús vio la religión comercializada. La religión había sido hecha fácil (Marcos 11:15-17). Él vio la familia del sumo sacerdote vendiendo animales para el sacrificio y cambistas intercambiando monedas extranjeras para fines lucrativos.

Jesús vio la degradación humana en su peor momento. Él vio la depravación del hombre y su necesidad de Dios para ofrecer Su propia justicia para la humanidad. Él vio que la obra de Dios debe ser hecha en el camino de Dios.

Jesús ve el corazón de cada hombre y cada mujer. Y él decía: "que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre" (Marcos 7:20-23).

Jesús todavía observa todo, y Él todavía mira por todas partes con meticulosidad en Su inspección. Él ve completamente todos los hechos ante Él. ¿Qué ve? Más importante aún, ¿Qué ve Él cuando le examina  a usted y a mí?

Cuando Jesús ve dentro de nuestros corazones, Él ve lo bueno, y Él ve lo malo. Él ve nuestros motivos, nuestras aspiraciones, nuestros fracasos, nuestros pecados y nuestros logros. Nada escapa de Su ojo que todo lo ve. Si esta es la verdad abrasadora, hay consuelo en él más que en cualquier otra cosa que  yo sé. Él ve todo.

Jesús sabe todo sobre ti. Él sabe todo acerca de ti, el fuego en la sangre, el veneno mortal diabólico que te conduce, Él lo toma todo en cuenta. Él ve todo y ve a fondo.

Jesús mira nuestra situación a través de los ojos de la gracia. Sí, "La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23).

Pero Jesús tomó la paga de nuestros pecados sobre Sí mismo y murió por nosotros como nuestro sustituto.

El pecador culpable esta "siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quién Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre" (Rom. 3:24-25a).

¿Cuando Jesús te mira, Qué ve? ¿Ve Él un pecador perdido y condenado a un infierno eterno? ¿Ve Él a un pecador salvo por la gracia de Dios? ¿Ve Él a un pecador que ha puesto su confianza en la muerte de Jesucristo para salvarlo por la eternidad?

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin