Jesucristo ha venido, por lo tanto, el reino de Dios ha llegado para el hombre.

Esto toma el poder supremo de Dios para superar al fuerte, pero el poder de Satanás no es omnipotente.

Desde que Jesús vino y echo fuera a los demonios por el poder de Dios, el reino de Dios ha llegado. El Rey en el reino es Jesucristo el Mesías.

Jesús dijo, "Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios" (Mateo 12:28).

Jesús rindió perfecta obediencia a Dios el Padre. Fue porque Jesús rindió perfecta obediencia al Padre, que Él recibió el poder único. Ninguna otra persona puede ser confiada con tan poder absoluto.

Jesucristo, el Rey de Reyes vino a esta tierra, y, en Su venida el reino de Dios vino. La plena consumación del reino vendrá en el futuro, cuando Jesús regrese a esta tierra.

¿Qué es el reino de Dios? Es el gobierno soberano de Dios en el cual su perfecta voluntad es hecha en la tierra como se hace actualmente en el cielo.

El ciudadano del reino de Dios debe aceptar y obedecer las leyes de Dios. Desde que el reino de Dios significa el gobierno soberano de Dios, ninguna persona puede estar en el reino a menos que él o ella se sometan al señorío de Dios en perfecta obediencia a su voluntad.

Jesús afirmó que la afiliación en el reino implica la aceptación personal de cada individuo de la voluntad de Dios. Es una cuestión personal entre el individuo y Dios. Para entrar en el reino significa aceptar personalmente la voluntad de Dios. Toda persona que acepta la voluntad de Dios está dentro del reino.

Nosotros entramos en el reino por medio de un nacimiento espiritual. Jesús dijo: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3).

Además, el reino de Dios se  personifica en Jesucristo. Sólo Jesús perfecta y completamente cumplió la voluntad de Dios. Él vivió Su vida en perfecta sumisión y obediencia a la voluntad de Su Padre. Su vida entera puede resumirse con las palabras: "Hágase tu voluntad" (Mateo 26:36-46; Marcos 14:32-42; Lucas 22:39-46; Juan 4:34).

En la persona y obra de Jesucristo, nosotros vemos la personificación perfecta y la perfecta demostración del significado del reino de Dios. En y con Jesús el reino vino. ¡Jesús comenzó, continuó y terminó su vida terrenal en completa obediencia a la voluntad de Dios!

Por otra parte, Jesús permite a otros a entrar en el reino de Dios. Jesús quitó la pared de la oposición entre Dios y el hombre. Él murió para eliminar la pena del pecado, y por Su Espíritu nos da la fuerza para vencer el poder del pecado. Cuando Jesucristo vuelva, Él nos librará totalmente de la presencia del pecado. Él nos da la capacidad de obedecer la voluntad de Dios.

¿Ha entrado en el reino de Dios? (Lucas 12:31) Jesús nos exhorta a "Buscad primero el reino de Dios y Su justicia" (Mateo 6:33). Este debe ser el objeto de nuestro deseo cada día de nuestras vidas. "No se haga mi voluntad, hágase tu voluntad".

¿Está haciendo la voluntad de Dios? ¿Está usted en Su reino? No se puede tener uno sin el otro.

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin