Jesús se refirió a Sí Mismo como el Hijo del Hombre.

Él deliberadamente eligió este título para ocultar y revelar las verdades eternas acerca de Sí Mismo. No hay otro título usado por Jesús de Sí Mismo que tan claramente declara su auto-conciencia mesiánica.

En Ezequiel la expresión "Hijo del Hombre" se utiliza más de noventa veces por Dios, refiriéndose al profeta (Ezequiel 2:1; 3:1, etc.) En este uso más básico, simplemente significa una expresión indefinida de "un hombre". La frase  saca a luz la humanidad, la debilidad y la fragilidad del profeta en contraste con la gloria infinita, la fuerza y el conocimiento del SEÑOR Dios.

Sin embargo, Jesús usó este título cuando Él hizo muchas de Sus declaraciones más fuertes que revelan Su deidad.

El "Hijo del Hombre" era un título Mesiánico. Jesús tomó un título conocido y lo llenó de los nuevos significados ricos que revelaron la obra del Mesías y Sus afirmaciones sobrehumanas.

No hay duda de que Jesús tenía en la mente Daniel 7:13-14, cuando se refirió a Sí Mismo como el Hijo del Hombre. "Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido" (Daniel 7:13-14).

Jesús usó la expresión "Hijo del Hombre", como la primera persona del singular, el pronombre "Yo" al referirse a Sí Mismo (Marcos 2:10, 28; Luc. 9:58; 7:34; Mat. 11:19; 16:13). En estos y otros pasajes, Jesús dice a sus oyentes que Él tiene autoridad extraordinaria sobre los hombres, la autoridad de perdonar los pecados, la autoridad sobre el día de reposo, e igualdad con Dios.

"El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos", revela el propósito central de convertirse en hombre (Marcos 10:45; cf. Mat. 20:28).

"Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10) predice con considerable detalle Su traición que viene, Su condenación, Su muerte y resurrección (Marcos 8:31; 9:12, 31; 10:33-34; 14:21, 44, 41; Mat. 26:2; 17:12, 22; 16:21; Luc. 22:48; 24:7).

La resurrección de los muertos reivindica a Jesús como el Hijo del Hombre. Esto prueba todas las reclamaciones hechas a Jesús como el Hijo del Hombre. Su muerte sin la resurrección de los muertos tres días más tarde habría puesto fin a la idea de que Jesús es algo más que un simple ser humano. Jesús dijo, "Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches" (Mateo 12:40).

El triunfo final y la gloria del Mesías, primero deben ser realizados por el Siervo sufriente del SEÑOR. "El Hijo del Hombre va, según lo que está determinado" (Lucas 22:22; cf. Hechos 2:22-24; Mar. 9:9). La sombra de la cruz estaba siempre ante Él.

Jesús usó el título de Hijo del Hombre para revelarse a Sí Mismo como la deidad glorificada. Declara Su visión profética de Su propia vindicación y glorificación. Jesús les dijo: "De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel" (Mateo 19:28). "Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria" (Mat. 24:30; cf. Mar. 13:20; 14:62).

La sentencia vendrá sobre todos los que rechazan al Hijo del Hombre. "Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles" (Marcos 8:38).

Jesús viene a esta tierra de nuevo (Mateo 16:27-28; 24:27, 30, 44; Luc. 12:40; 17:29; 18:8).

El Hijo del Hombre y el Reino de Dios ha llegado. Hay el ahora y el aún cuando esperamos la plena manifestación de Su gloria en la consumación.

¡Aun así, ven, Señor Jesús Ven!

Selah!

Mensaje por Wil Pounds (c) 2009 traducido por Katia Blandin